Capítulo 35

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Llevé la copa hasta mis labios y probé del contenido sorprendiéndome al instante por lo dulce y delicioso que estaba. Abrí los ojos de par en par y sonreí.

—Me gusta —comenté.

—Lo sabía. Jen se ve más de tomar desde la botella de vodka sin importarle nada ni nadie... pero a ti hay que tratarte con más delicadeza, lo dulce es para ti.

—Pues entonces sabes leer a las personas en verdad. Jen me contó que sí hizo eso —reí levemente al igual que Aspen.

—Solo no tomes mucho de golpe, como te dije, esto aún tiene alcohol y puede pegarte fuerte.

Asentí comprendiendo su advertencia y fui tomando de a tragos pequeños antes de dejar la copa sobre la mesa.

—Oye, hagamos algo —mencioné llamando su atención—. Siento que apenas te conozco, no sabemos ni lo básico del otro así que me gustaría que nos hiciéramos preguntas.

—Entiendo, tienes razón, deberíamos conocernos más —sonríe notándose que le ha agradado la idea—. Hagamos esto... tú dices algo que crees correcto sobre mí y si aciertas, yo bebo un trago pero si no, tú lo haces.

—¡Hey! —sonreí—. Eso es del live action de One Piece.

—Me gustó la idea —se encoge de hombros.

Asentí, ambos agarramos nuestras bebidas, pues él también se había hecho un trago diferente.

—Empieza tú, yo di la idea —dije yo.

—A ver... —lo pensó un poco—. Tu color favorito es... el rosa.

Hice una mueca antes de empezar a reír y negar con la cabeza.

—Que superficial. Me gusta el rosa y mucho, pero... no, no es mi favorito.

—Está bien, ¿y cuál es? —preguntó mientras bebía.

—El turquesa. Me toca —me mantuve pensativa sin saber qué decir—. Te copiaré, tu color favorito es... el rojo.

—Dos rondas y bebo solo yo, te aseguro que remontaré —ríe antes de beber de nuevo—. Bueno... Tu comida favorita es el lomito árabe.

—No se vale, ya lo sabías —bufé divertida pero terminé bebiendo antes de pensar en mi siguiente afirmación—. Tú... has tenido muchas novias.

—Vuelve a beber, princesa —sonríe con gusto de que haya fallado.

—¡¿Eh?! No te creo —negué con la cabeza.

—Es verdad. No he tenido muchas novias, al menos no que me gustaran a mí —respondió—. Si lo pienso mejor solo he tenido tres que me han gustado.

—¿Y cómo eran?

¿Por qué le preguntaba sobre ellas?

Sacudí la cabeza y bebí de mi trago, uno más largo.

—Olvídalo, es tu turno —avisé.

—¿Te interesa saber sobre mis gustos, princesa? —arqueó una ceja y yo negué rápidamente.

—Bebe.

—No era para el juego —ríe entre dientes.

—Pues aun así, te equivocaste —afirmé segura.

—Claro...

Aspen rueda los ojos con diversión pero me hace caso y se lleva la copa a los labios. Me lo quedé mirando mientras bebía un largo trago, noté como su manzana de Adán subía y bajaba al tragar. Cerré los ojos y dejé la copa en la mesa para llevarme ambas manos al rostro por sentirlo caliente y ardiendo.

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