Si hace dos semanas me hubieran dicho que estaría acercándome a Carsson con cada día que pasaba por darle tutorías, ¡no me lo habría creído para nada! Pero... en estas semanas que pasé junto a él, siento que esto es un sueño del cual no me gustaría despertar... salvo cuando aparece Aspen, joder que tipo molesto y que aparece seguido por seguir compartiendo cama con mi mejor amiga. No lo soporto.
No, Madeline... recuerda que le has dicho a tu madre que no sentirías odio...
—Pst, princesa... —cerré los ojos para calmarme y lo ignoré por completo—. Oye, princesita.
Me lanza una bolilla de papel a la cabeza que me hizo querer gritarle pero no lo hice. No reaccionaré...
—Deja de ignorarme, hey, tengo que hablar contigo.
Suspiré frustrada y aceptando el hecho de que él no dejaría de molestar hasta que le diera la atención que tanto estaba requiriendo de mí, así que me giré para verlo finalmente, él me mira victorioso mientras yo lo veía con fastidio.
—¿Qué? —pregunté.
—Victoria me manda a decirte que quiere verte hoy después de la escuela.
—¿No puede ser otro día? —pregunté.
—Hoy es el última día en que su película de su anime favorita estará en cartelera y quiso invitarte. Aunque no creo que la conozcas al ser un anime.
Aquello llamó mi atención, lo miré sorprendida pues no sabía que a Victoria le gustara ver anime. Sin duda, gracias a ese dato, me cae mucho mejor ahora.
—¿Qué anime?
—Boku No Hero Academia.
¡Joder, sí! ¡Es verdad que este será el último día en que su película estará en cartelera! Me lo había olvidado por completo por estar enseñándole a Carsson.
—Bien... Si Victoria quiere que vaya... —bufé fingiendo desinterés. No necesitaba que Aspen supiera que me gusta el anime y empezara a llamarme rarita por eso, suficiente ya tengo con todo lo demás por lo que se burla de mí.
Vi la sonrisa en su rostro que me hizo querer golpearlo, pues sabía que estaba interrumpiendo de mi bello momento con mi amor platónico de años. En ese momento, el timbre para ir al almuerzo resuena por la escuela y yo me levanté a la vez que juntaba mis cosas.
—Madeline —me detuve enseguida cuando Carsson se acercó a mí, hasta posicionarse a mi lado.
—Carsson, hola —sonreí, intentando no demostrar lo tonta que este chico me traía por él.
—Hola... quería preguntarte por lo que vamos a dar hoy, ya sabes, para prepararme mentalmente y todo eso —su sonrisa aparece pero la mía flaquea.
—Sí... sobre eso, vas a tener que disculparme por hoy —rasqué mi nuca con nerviosismo—. Me surgió algo y no podré ir, pero te prometo que mañana te enseñaré sin falta.
—Ya veo, no te preocupes, entiendo —su sonrisa disminuye un poco—. Lo dejaremos para mañana entonces.
—Sí, lo siento.
—Tranquila, Maddie... ¿puedo decirte así?
—Por supuesto —sonreí aún más.
Escuché una risa burlona por lo bajo y fue cuando me di cuenta de que Aspen seguía en su lugar, pues un metido como él no puede evitar escuchar lo que pasa en la vida ajena. Carsson lo mira, volviéndose serio de repente. Aspen lo ve con una sonrisa divertida por el contrario.
—Bien, entonces... te veré mañana, Maddie —Carsson se me acerca y besa mi mejilla de nuevo.
—S..Sí, a..adiós.
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MÁSCARAS
RomanceMadeline Lennor es a la que todos llaman "una chica perfecta" hija de padres multimillonarios, una vida llena de lujos, apariencia perfecta, en síntesis, una vida perfecta. ¿Pero será eso suficiente para todos? Ella cree que no. No es nada perfecta...