El día era demasiado brillante, demasiado molesto, Chanyeol estaba comparando desde el primer segundo el clima de ese lugar con el clima de su querida ciudad, en la capital, en donde casi todo el año estaba lloviendo, pero en ese lugar, había mucha luz, mucho sol, cosa que lo estaba molestando a sobre manera, apenas se había bajado del auto, había tenido que jalarle el nudo de la corbata para poder quitársela de encima, también se tuvo que quitar el saco y solo suspiró mientras se arremangaba las mangas.
-Hasta aquí llega ¿verdad?- le preguntó el taxi, que lo había llevado un largo camino desde el aeropuerto, su compañía le había conseguido un auto de lujo que lo llevará hasta donde iba a quedarse, pero Yeol había visto que aun en la entrada de ese pueblo, no se veía cerca lo que estaba buscando, así que se giró a mirar al chofer del auto, que solo le señaló al frente.
-Si, señor, solamente tiene que caminar en línea recta, el pueblo es éste.- dijo ese hombre y entonces Chanyeol terminó suspirando con un montón de fuerza.
Realmente odiaba esa parte de su trabajo, pero su jefe le había dicho que tenía que conseguir eso para la compañia, eso lo había llevado hasta ese lugar, un pequeño pueblo que se había llenado de gente con dinero, gente que toda su vida se había dedicado al campo, ahora vivían como los nuevos millonarios, lo que se estaba volviendo todo un escándalo entre los ricos de la ciudad, cosa que no estaban tomando el todo bien a su parecer.
El pequeño pueblo llevaba por nombre era Golden Willows, realmente no lo habían girado a ver dos veces en muchos años, era un pueblo que se caracterizaba por su gran cantidad de gente que vivía ahí, se dedicaban al campo, a la agricultura y en algún momento comenzaron hacerse más presentes por que comenzaron a criar, entrenar y mantener cabellos. Ahora el pueblo tenía uno de los santuarios de caballos más grandes del país bajo el mando de una sola familia que había vivido ahí toda la vida, la familia Byun.
Eso era lo que lo llevaba a él, Chanyeol, un hombre de negocios, el mejor gerente de la mayor empresa constructora del país ahí, porque de haber sido de otro modo, jamás hubiera pie en ese lugar, eso era seguro.
Lo que su empresa quería era poder apoderarse de lo más que pudiera de ese lugar, construir un par de hoteles, quizás un par de otras cosas, ellos se dedicaban a conseguir los terrenos y sus socios decían que se iba a construir. Chanyeol estaba seguro de que podían hacer ese lugar un nuevo sitio paradisiaco, al final era un pueblo más, realmente a él le daba lo mismo si era ahí o en otro lugar, pero su jefe había hablado específicamente de ese sitio, porque había dicho que su hija realmente amaba los caballos, eso debería ser suficiente al parecer.
La cantidad de dinero que iba a ganar con ese negocio era obscena, Chanyeol ya estaba eligiendo qué auto iba a comprarse, quizás hasta se tomaría unas largas vacaciones por el caribe, con eso en mente, estaba seguro de que no sería demasiado complicado convencer a las personas de vender sus tierras por una cantidad de dinero igual de obscena, solamente tenía que ser bueno con sus palabras, era como el conjuro perfecto y mientras más pensaba en eso, se estaba riendo en sus adentros, aunque por fuera estuviera sufriendo tanto.
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Hacerse querer
RomanceYeol es un agente inmobiliario acostumbrado a la buena vida. Le gusta su té chai en las mañanas y ver hombres guapos en el gimnasio, pero todo esto se ve alterado cuando lo mandan a un pueblito recóndito a conseguir unos terrenos ganaderos a cómo de...