capítulo 11

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Capítulo 11
Maddox Phoenix
Alana.


Muevo mi lapicero entre mis dedos mientras el profesor explica en el inmenso pizarrón una fórmula que ya sé…

Cada que puedo reviso mi teléfono con la esperanza de que ella me haya escrito pero me frustro al notar que no. En la distancia Chloe se mantiene entretenida con su novio mientras intercambian mensajes en una hoja, y Patrick juega con una pequeña pelota en sus manos, Stassie por su parte se sienta de manera sugerente buscando atención.

La pantalla de mi teléfono se ilumina y sonrío tomándolo en mis manos.
Alana Faith

Ya llegué. ¿Todavía en química?
Maddox Phoenix.


¿Dónde estás? Ubicación exacta…
Alana Faith


En mi lugar favorito… donde puedo soñar que vuelo, gracias a ti.


Me levanto haciendo que mi silla chille,  el señor Jacob se gira a verme.

──¿Pasa algo, Phoenix?

──Eh, si. Necesito ir a… ──me quedo en blanco chasqueando mis dedos. ──. Ah…

──Tiene que ir a secretaría. Lo siento, Maddox. Olvide recordarte. ──Suelta Chloe en la distancia.

El señor Jacob pasa su mirada de Chloe a mi con rapidez.

──¿Por qué irías a secretaría Maddox?

──Debe firmar… ──Chloe titubea. ──. Su colaboración en el comité de final de año.

──Deberías irte antes de que la señora Mcgregor venga por la cabeza de todos. ──Completa Patrick. ──. Dejo muy claro que necesita el comité para hoy.

El señor Jacob me observa entrecerrando sus ojos.

──Ve. ──Tomo mis cosas y salgo del salón con una sonrisa en los labios.

Al cerrarse al puerta de mi salón, corro… corro con todas mi fuerzas por los pasillos vacíos hasta salir del edificio y llegar al área verde del instituto.

Puedo ver en la distancia el inmenso estadio donde corro, y se practica fútbol. El sol está en la cúspide del cielo rodeado de algunas nubes grises que anuncian un clima lluvioso. Muevo mis piernas con agilidad con mi bolso a cuestas en mi espalda acercándome más y más al destino, en las gradas la veo.

Está con un leggins de cuerina negro y una camiseta alusiva a los Backstreet Boys, lleva su cabello suelto y se ve magnifica.

Se levanta al verme en la distancia.

Brinco la pequeña reja, y ella ríe.


──Hola, Maddox. ──no respondo me apresuro a acercarme a ella, la sujeto de la cintura y la pego a mi cuerpo.

Sus orbes son maravillosos.

──Hola, Alana. ──Susurro casi sin voz.
Siento que el corazón va a salirse de mi pecho, y no es por la carrera, es por ella. Por tenerla tan cerca.

──Haré algo romántico… y quizás cursi.

──¿Qué sería eso? ──Inquiere sosteniéndome la mirada.

Mira hacia nuestro alrededor, hago que su cuerpo se vaya hacia atrás inclinándola Conmigo, ríe divertida y busco sus dulces labios para fusionarlos con los míos, luego la yergo y seguimos el beso… hasta quedarnos sin aliento.

Me separo ligeramente de ella, ambos respiramos agitados.

──Si, fue romántico y cursi pero me gustó. ──Sonrío en demasía, mientras detallo sus mejillas sonrojadas.

Me gusta Alana, y mucho…

La tomo de su mano y la alejo de las gradas.

──¿A dónde me llevas Maddox? En unos minutos debo ir a clases.

──Lo sé. Yo también…

La gradas nos ocultan de las mirada curiosas y de que algún profesor pueda vernos, y ganarnos con ello una detención. Aunque no estaría mal, serían un par de horas muy entretenidas con Alana.

Recarga su espalda a la columna que sostiene las gradas.

──Camiseta de los Backstreet Boys… ──sonríe bajando su mirada hacia la imagen que se muestra en su camiseta negra.

──La tome prestada del clóset de mi mamá. Tenías que verle la cara, se sentía como orgullosa.

Ambos reímos.

──Es buena música.

──Lo es. ──Noto que está un poco pálida.

──¿comiste? ──Eleva sus pestañas hacia mi. Y asiente.

──Si.

──Estas pálida… ──aprieta sus labios.
──Si, lo sé.

──¿todo bien?

──Todo bien. ──Me atrevo a tomar un mechón de su cabello largo y jugar con el mientras ella observa como lo hago.

──Mañana voy a correr, vendrán las universidades. ──Suelto. ──. Necesito que estés en el lugar de siempre para darme suerte.

Nuestras mirada se cruzan.

──¿Estarás?

──Si.

El timbre suena con fuerza por todo el instituto podemos escucharlo en la distancia, y en la distancia aparecen algunos estudiantes buscando sus próximas clases.

──Ya debo irme. ──Dice. ──. Falte la primera hora, no puedo llegar tarde.

──Lo se. ¿puedo llevarte a tu casa hoy?

──¿No tienes práctica?

──Si, pero puedo llevarte. ──Frunce sus labios.

──Esta bien. Nos vemos luego. ──susurra se aferra a su bolso, e intenta alejarse pero la tomo de su mano para evitar que lo haga.

La misma mano que ya no esta tan inflamada.

──Ha mejorado mucho.

──Si.

──No puedes irte así, debes despedirte como corresponde. ──Musito, eleva sus cejas.

──¿Y cómo sería eso?

──Dándome un beso, y debe ser como lo imaginé. ──Suelto, puedo notar la sorpresa en su rostro.

──¿Y como lo imaginaste, Maddox?
Suelto su mano y trago grueso.

──Bueno, tú te lanzadas sobre mi para darme un beso, y decías; Nos vemos luego, Novio.

Ríe divertida.

──No puedo decirte novio cuando no lo eres… ¿no te parece?

Una gran sonrisa se dibuja en mis labios.

──¿Quién dijo que no?

──Yo. ──sentencia con convicción.

──Estás equivocada, Alana Faith. Lo que imagino siempre se hace realidad. Así que no me harás creer lo contrario.

Ríe.

Hace para irse dejándome parado detrás de las gradas mientras la veo marcharse, siento una pizca de desilusión cuando la veo alejarse pero todo cambia cuando se detiene en la distancia y se gira a verme.

──¡Oye! ──exclama, viene hacia mi corriendo y se lanza sobre mi cuerpo, la sujeto en el aire, sus piernas se enroscan en mi torso, baja su hermoso rostro hacia el mío, y me besa…

Roza ligeramente su nariz con la mía, y me observa.

──Nos vemos luego, Novio.


 



Todos los besos que me imaginé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora