3 - Muerte

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Dos días más tarde logramos rescatar a Kuroi. El secuestrador nos citó en Okinawa, por lo que viajamos allí. Satoru y Suguru fueron los que se encargaron del rescate. Amanai y yo nos quedamos en el hotel, me quedé protegiéndola por si resultaba ser alguna trampa, pero todo salió bien.

Estábamos en la playa, disfrutando del buen tiempo que hacía. No recordaba cuando fue la ultima vez que estuve en la playa, era muy pequeña como para acordarme. Estaba maravillada con las vistas, sintiendo la brisa y el sol en mi piel. Vestía un precioso bikini blanco, adornado con aros de color dorado entrelazando las telas. Lo había comprado justo antes de llegar a la playa.

Suguru se encontraba a mi lado disfrutando del sol cuando Kuroi se nos acercó un poco apenada.

—Quiero disculparme con vosotros por haceros venir a rescatarme. Es un poco vergonzoso ser derrotada por alguien de la secta que ni siquiera puede utilizar poderes.

—No pudistes hacer nada, fue un ataque sorpresa. Yo también tuve la culpa —la trató de tranquilizar Suguru con una sonrisa culpable.

—Estaba alerta por lo que pasó con Q, pero no puedo recordar como es que me atacaron —Kuroi dirigió su mirada a mi, sonriéndome en el proceso. —Por cierto, vinieron en avión, ¿no fueron atacados ni nada?

—Satoru tiene muy buena vista —le dije sonriente. —Él estuvo atento a todos los pasajeros y azafatas, Suguru desplegó a sus maldiciones fuera del avión, por lo que fue más seguro que un viaje por tierra. —Me crucé de brazos viendo las olas del mar — Por suerte me llevo bien con Amanai y me encargué de mantenerla distraída durante todo el camino. La verdad es que es una chica fácil de entretener.

Suguru soltó una risa y dirigí mi mirada a el.

—¿Acaso hay alguien a la que no le seas de su agrado? —me preguntó divertido —Todo el mundo te ama.

—Utahime no —dije un poco triste.

Suguru se acercó pegándose a mí, obligándome a levantar la mirada para poder mirarlo.

—Utahime es una idiota —contestó brusco. —Eres la mejor persona que conozco. Mi mejor amiga. Mi hermana. —sus palabras provocaron una sonrisa en mi rostro —Ella es una debilucha que te tiene celos porque nunca llegará a ser tan fuerte como tu.

—Suenas como Satoru.

—Es la verdad —contestó serio. —Qué jamás se te olvide quien eres, Fuyu.

Sonreí por como me llamó. Solo Satoru y a veces él me llamaban así, algo que calentaba mi corazoncito. Las dos personas más importantes de mi vida.

—Los de primero no dudaron en venir cuando el profesor Yaga les dijo que tú estabas en la misión —soltó divertido. —Te admiran muchísimo.

—Nanami no os soporta a ninguno de los dos, y a Haibara lo soporta porque no tiene más remedio —dije riendo. —Son muy buenos chicos.

—¿Dónde están ahora? —preguntó curiosa Kuroi.

—Están protegiendo el aeropuerto —contesté bastante tranquila.

Kuroi se alteró con mis palabras.

—No te preocupes, es solo por si acaso —contestó Suguru.

De repente nos vimos interrumpidos con el jaleo que dos personas estaban formando en la orilla de la playa.

—¡JAJAJAJAJA! ¡Un pepino de mar! —gritaba Satoru con él en sus manos.

—¡Qué asco! ¡Da mucho asco! —gritaba Amanai tocándolo con uno de sus dedos, llorando de la risa.

INFINITO | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora