Eternamente Tuya #1

Capítulo #10

Monet Boupher.

Secuestraron a Daniela.

Esas tres palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza.

No puede ser.

Daniela no...

Nani.

-Aquí está- me sobresalto ante la exclamación de Zeus quien pasa por mi lado hacia la cama con algo entre sus manos.

-¿Qué es eso?- lo sigo.

-Con lo que encontraré a mi hermana- veo como abre la maleta negra.

La pantalla que hay dentro rápidamente se enciende. Teclea unas cuantas cosas hasta que un punto rojo aparece, entonces entiendo de que se trata.

-¿Tienes un chip conectado a Daniela?.

-En verdad los tres lo tenemos, para casos como este- explica y recuerdo a que iba.

-Nickolas- antes de que el hombre pueda preguntar algo salgo de la habitación en busca del niño -Nick- lo llamo pero nada.

Un pequeño grito llama mi atención y como puedo corro hacía la terraza de donde provino. Suspiro con alivio al ver que el mocoso está bien.

O por lo menos físicamente porque se está muriendo del miedo.

Se encuentra mirando con terror puro al animal a su frente, el cocodrilo da pasos lentos y cautelosos en su dirección.

-Botox- llamo su atención y ahora camina hacia mí -mierda no te acerques.

Para mi sorpresa solo pasa por mi lado y se pierde en alguna parte de la mansión. Nickolas sigue temblando mirando en dirección a donde se fue el animal.

-¿Ese es Botox?- asiento cuando me mira -¿esperabas que bañara a un cocodrilo?.

-No lo espero, lo harás, era parte del trato.

-Ni pensar- una corriente de aire fresco hace que se estremezco ligeramente y me acerco para tomarlo en brazos y llevarlo a tiempo.

-Monet... no le cuentes a nadie- asiento.

-Nadie sabrá de eso mocoso- lo dejo en uno de los sofás de la sala -¿por qué me contaste a mí?.

-Porque tu eres buena conmigo- si respuesta me toma por sorpresa y termino por sonreír -y porque siento que puedes protegerme.

-Mierda y más mierda- el sonido de algo rompiéndose en la planta alta me obliga a subir, otra vez.

Por los pelos esquivo lo que es lanzado por la puerta de la habitación del ruso, y mía, que termina estrellándose en la pared del frente.

-Malditos hijos de perra- grita mientras sigue lanzando todo lo que encuentra a su paso.

-¿Qué pasa?.

-Desactivaron el maldito chip- camina de un lado a otro y veo la desesperación en su mirada.

-Debes calmarte, así no conseguirás nada- intento acercarme pero se aparta.

-Calmarme una mierda, ¿cómo se supone que me calme cuando tienen a mi hermana sabrá el Diablo en que parte?- vuelvo a esquivar el jarrón que lanza, otra vez por los pelos.

Bien, si no te calmas por las buenas lo haces por las malas.

Antes de que ni siquiera yo lo procese estampo mi puño contra su rostro con todas mis fuerzas haciendo que termine cayendo al suelo.