Capítulo #9

47 34 30
                                    

Monet Boupher.

Después de que me vistiera con ropa cómoda y limpia, ya que lo que llevaba estaba todo sucio, salimos los tres de la mansión para nuestro paseo. Por suerte Nikolas estaba limpio así que no fue necesario darle un baño.

Desde que estoy aquí no me había decidido a salir para conocer la ciudad, pero el rato con el mocoso me dió ánimos de hacerlo.

Tampoco es que lleve mucho tiempo aquí, llegué hace dos noches.

Por suerte Zeus nos acompañó, los guardaespaldas estos parecen no tener lengua porque es imposible sacarle una conversación que sea fuera de su trabajo.

-Monet, ¿Cuándo me comprarás mi tarta?- me río un poco.

-Más tarde, es temprano como para andar comiendo chocolate- hace un puchero pero no añade nada más.

-Todavía no entiendo para que vine yo- se queja el odioso.

-Ya supéralo hombre ¿sabes de algún sitio al que podamos ir para divertirnos?- lo miro con cara de niña buena.

Lo que claramente, no soy.

-¿Qué tipo de diversión?- pregunta y pienso un momento.

-Mocoso ¿Quieres ir a un parque de diversiones?.

Su mirada se ilumina ante la mención del parque pero mira un momento al ruso con vergüenza.

-¿Podría usted llevarnos?- Zeus cambia su vista de uno al otro varias veces hasta que rueda los ojos.

-¿Que remedio?.

Nickolas y yo chillamos de emoción y chocamos las palmas.

Unos veinte minutos después estacionamos en el lugar que por suerte no está tan concurrido. Cuando los guardias se cercioran de que no haya peligro soy la primera en bajar, seguida de mis dos acompañantes.

-Es muy grande- exclama el niño.

-Entremos- siguiendo la orden del hombre me adentro en el lugar.

Hay muchos juegos que llaman la atención de Nick pero no decide a cual subir primero. Veo un puesto en el que venden algodón de azúcar y me acerco.

-¿Quieren?- les pregunto, uno responde rápidamente pero el otro claramente se hace de rogar -vamos, no seas amargado, ya que estás aquí diviértete.

-Estoy aquí en contra de mi voluntad- finjo buscar algo en sus manos.

-No veo que lleves las manos atadas o un arma apuntando a tu cabeza- gruñe por lo bajo -bien pediré tres, si no lo quieres me lo quedo yo, tres por favor- le pido a la señora que se encarga de prepararlos.

Cuando me los entrega le paso uno a cada uno para buscar en mi bolso el dinero, pero el odioso me detiene y le entrega unos billetes a la mujer, y veo como se aleja un poco, el mocoso lo sigue.

-Su esposo es muy apuesto señorita, y su hijo es todo un amor- me atoro no se ni con que ante las palabras de la mujer.

-No- intento respirar con normalidad -él no es mi esposo, y el niño tampoco es mi hijo, pero sí, es todo un amor.

-Tampoco me negará que el señor es muy guapo- dice con tono de confidencialidad.

-Bruja ¿que esperas?- me grita.

-Ya voy- le grito de vuelta.

-Créame que lo que tiene de guapo es opacado con los odioso que es- ella solo se ríe y agradeciéndole una última vez me voy.

Eternamente Tuya #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora