Zeus Antanov.
Tras tomar un baño y cambiarnos de ropa decidimos (o más bien decidió la bruja y me obligó), salir a dar una vuelta. Me ha hecho caminar tanto que lo siento como kilómetros. Dejamos el auto tirado en un centro comercial y de ahí a la loca le dió por seguir a pié.
-¿Dónde andarán ahora las copias idiotas?- pregunta y aunque lo haga en voz alta se que es para ella misma.
Veo como saca su móvil a marca algún número para luego llevarlo a su oído. Me distraigo viendo al interior de una de las tiendas y algo llama mi atención. Dispuesto a entrar agarro la mano de la italiana que pareciera una niña pequeña sin notar cuando te detienes, estoy seguro de que si la dejo seguiría su camino y se perdería.
Aunque la idea admito que es muy tentadora.
-¿Pero qué pasa?- pregunta aturdida cuando la arrastro al lugar.
Sin responderle me acerco a los estantes, justo donde hay algunas pulseras. Ella se aleja un poco para hablar con sus hermano que al parecer ya le han contestado y una de las chicas encargadas se acerca a mí.
-¿Puedo ayudarle en algo señor?- pregunta en inglés, al parecer a notado que no soy de por acá.
-Me gustaría llevar una de estas- le respondo en el mismo idioma aunque hable perfectamente el alemán, tampoco quiero que crea que la dejo en ridículo.
-Estas son solo muestras, podemos hacerla personalizada con los dijes que quiera- asiento en comprensión y la sigo a donde están los dijes en exhibición.
-Quiero estos- le señalo los que llaman mi atención y se desaparece hacia alguna parte del lugar.
Me paseo mirando el resto de las joyas y veo uno juego de anillos de compromiso, son negros con piedras rojas que podría jurar que son rubíes. Volteo a ver a la rubia que discute por teléfono y me fijo en su mano izquierda, esta se encuentra vacía.
-Señor, ya están haciendo el pedido- aparece la misma chica.
-También llevaré estos- señalo los anillos.
-Es una muy buena elección- mira a Monet por encima de mi hombro -a su novia le encantarán.
No es mi novia, me casaré con ella porque me obligan.
Omito decirle eso y voy con la chica que sigue con su disputa.
-No es que sea metiche copia de mierda, solo quiero saber que pasa con mis hermanos y ellos no son capaces de hablarme de sus problemas- respira profundo para calmarse -¿es sobre ellos cierto?- se mantiene en silencio y asiente como si la vieran -confío en ustedes, solo les pido que tengan cuidado ¿vale?... por cierto Helder quería hablar con ustedes- asiente una vez más y corta la llamada -¿ya podemos irnos?.
-Estoy esperando mi pedido- le señalo a la chica que empaqueta todo.
-Ok- responde con simplesa.
-Señor- camino hasta el mostrador y le extiendo mi tarjeta para pagar -aquí tiene, vuelva pronto- me guiña un ojo con coquetería y le devuelvo el gesto, sonrío al ver como se sonroja en sobremanera.
-Ahora si vámonos- le informo a la loca que me acompaña.
-Quiero comprar un regalo para Nick.
Y ya salió a relucir el mocoso.
-He visto unas correas muy lindas por allá- señalo un sitio al azar -le quedarían perfectas.
-Idiota- bufa y rueda los ojos.
-Por cierto, ¿nunca te lo habían dicho?.
-¿Qué cosa?.
-Que en zapatillas deportivas luces muchísimo más enana de lo normal- veo como la furia llega a sus ojos y no logro esquivar el golpe que va dirigido a mis costillas con toda la intención de hacerme daño -¡maldita sea!.
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Eternamente Tuya #1
Mistério / SuspenseLa llaman Angel pero no recuerdan que el Diablo antes de ser lo que es ahora fue un ángel de luz, el más hermoso de todos. Lo llaman Demonio sin conocer realmente lo que se oculta detrás de esa máscara de frialdad.