Capítulo #14

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Monet Boupher.

Río para mis adentros al ver como lágrimas recorren el rostro de la rubia y niega repetitivamente esperando causar algo de remordimiento en mí.

Saco la navaja que cargo en mi bota y la meto entre su rostro y la mordaza. Sus ojos de abren desmesuradamente con el miedo brotando por sus poros.

En cuanto dejo libre su boca comienza a suplicar.

-Por favor no me mates, tengo un hijo y... yo no lo puedo dejar solo por favor- sus palabras me dan nauseas.

-¿Un hijo?- río con sarcasmo -un hijo al que casi matas en esa puta explosión- pierdo la paciencia.

-No se de que hablas...

-Si sabes- la tomo por el pelo bruscamente y le levanto para poder quedar cerca de su rostro -como mismo sabes todos los abusos que ha soportado por medio de tus manos y las de todos esos idiotas.

-Yo...

-Cállate- la vuelto a tirar contra la cama y grita del miedo -vas a pagar por todo lo que le haz hecho y todo lo que haz permitido que le hagan- cambio mi vista a mi hermano -necesito hombres que sean capaces de destrozarlo el culo.

-¿Cuantos?- pregunta con una sonrisa malvada en su rostro al igual que la mía.

-Los que puedas conseguir- sale de la habitación y vuelvo mi vista a la perra.

Corto las ataduras de sus pies y en seguida intenta dar pelea pero Zeus me ayuda a ponerla de rodillas en el piso mientras su torzo se encuentra sobre la cama.

Con la navaja corto su vestido por la espalda y la dejo solo en bragas.

Su llanto no cesa e intenta levantarse pero le sujeto las piernas con los cinturones que hay pegados al suelo, mientras las manos se las fijo a la cama con las esposas que hay ahí dejándole ambos brazos estendidos a los lados.

-¿Por donde podría empezar?- me paseo frente a todos los objetivos de tortura sexual que hay en la pared -esto se ve interesante, y es uno de mis favoritos.

Tomo uno de mis látigos y me acerco a su trasero.

Doy el primer azote y sus gritos no se hacen esperar.

Sigo con el segundo.

Otro grito.

Tercer azote.

Otro grito.

Cuarto.

Y así hasta que llego al número cincuenta y la puerta se abre mostrando a tres hombres en boxers que entran con mi hermano.

-Los otros parecían muy ocupados- menciona y toma asiento junto al ruso.

-No te preocupes es más que suficiente, caballeros les presento a la dama que los recibirá  con gusto- la miran un momento y sus ojos brillan en lujuria.

-¿A qué se debe el castigo?- se enfocan en mí.

Hay algo que este tipo de hombros odia y nunca falla.

-Pedofilia- su rostro cambia a uno de completo odio y asienten, me aparto para dejarles espacio y le hago una señal a los dos hombres que miran todo con burla para que salgamos.

-¿Cuánto tiempo les darás?- me pregunta Flavio una vez que estamos en el pasillo.

-Una hora para que...

-Resulta que mi hermanita viene de visita junto a mi futuro cuñado y tengo que enterarme por boca de otros, me siento traicionado- finje dolor mientras camina hacia nosotros con una mano en su pecho.

Eternamente Tuya #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora