Entre a el mundo de la lectura a los once años.
Ahora resulta que soy una antagonista en el mundo de un libro que no conozco pero se la mayoría de cosas importantes por fanfinc.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me asomo por la ventana al ver que ya hemos llegado al pueblo de mamá, bajo del coche y corro hacia mis abuelos.
— ¡Abuela! — Grito y me voy a sus brazos.
— Mi preciosa Arinka — Besa su frente con una sonrisa — Mira lo que te he conseguido mi vida. Para tus experimentos. — Le hace una seña a mi abuelo el cual saludo y me entrega una cajita. — Tú abuelo la encontró a lado de un chico dormido todo moribundo.
— Lo robo — Me cubro la boca.
— No. No. — Me tapa la boca — Lo tomamos prestado para ti mi amor.
— Ya veo. Gracias. — Los abrazo a ambos y entro a la casa para leer la etiqueta de aquella sustancia.
Haccoc. D.M
— Wow... — Susurro al ver el líquido azul y brillante en el tubo.
Me meto a mi cuarto/laboratorio que me hicieron mis abuelitos, acerco el microscopio casero y la examino más a detalle.
— Necesito a alguien o algo para esto.
Miro mi brazo y luego la jeringa, relamo mis labios cuando la idea loca viene a mi cabeza.
¿Y si me inyecto?
Estoy llevando las jeringa a mi brazo hasta que siento a bigotes pasar entre mis piernas.
— Bigotes. — Lo tomo y dejo la jeringa en la mesa para ir con mis padres. — Mami ¿podemos ir a cazar ratones a la granja?
— Claro amor, no sudes mucho y ten cuidado. — Gracias. — Corro con bigotes para abrir la puerta y dejarlo en el suelo. — Muy bien soldado hoy tenemos una misión. Cazar un ratón para que sea mi rata de laboratorio y si no atrapas una — Me acerco al gato de mis abuelos poniendo mi voz algo grave — Tú serás mi rata de laboratorio.
Bigotes retrocede y maúlla para meterse entre los huecos, corro por el lugar en busca de una rata por un buen rato. Bigotes aparece con una y la tomo de la cola para que ambos corramos a mi laboratorio.
Me pincho con una aguja el dedo soltando un poco de mi sangre y mezclarla con el HACCOC. Entre abro los labios al ver como mi sangre sigue totalmente limpia. Como si fuera una especie de reacción contraria a la esperada. Un rechazo total.
Pongo todo en una jeringa y la inyecto a la rata escondiéndome con bigotes tras mi fortaleza de almohadas. La rata se mueve con normalidad tomo mi tiempo y tomo otra rata para inyectarle solamente el HACCOC. La rata comienza a perecer y entre abro mis labios con sorpresa.