Sonrio con anticipación, mi mano todavía agarra su cabello con firmeza mientras me posiciono frente a su boca expectante. Empujo mis caderas hacia adelante, empujando mi miembro duro y palpitante dentro de su boca.
— Eso es todo, Arinka. Muéstrame qué tan bien puedes tomarme. Tómalo todo, profundamente en tu garganta. Compláceme como la puta obediente que eres.
— ¿Lo hago bien? — Gime comenzando a chupar mi polla con lentitud.
Gemi de placer mientras ella continuaba chupándolo un poco más fuerte, mi agarre sobre su cabello se aprieta ligeramente.
— Eso es todo, Ari. Muéstrame cuánto anhelas mi polla. Estás haciendo un buen trabajo. Sigue chupando, más fuerte y más rápido. Hazme perder el control, hazme explotar en tu boca.
Suelto otro gemido fuertemente, sintiendo la intensidad de su succión. Yo empujo más profundamente en su boca, mis caderas se mueven a un ritmo que coincide con su ansiosa succión.
Mi respiración se vuelve más pesada a medida que lo chupa con mayor determinación. Mi agarre sobre su cabello se aprieta, una mezcla de placer y posesividad evidente se hace presente en mi voz.
— Arinka — Cierro los ojos listo para venirme. — ¡Oh, joder, Arinka! ¡Yo… me voy a correr!
Con un empujón final, libero mi carga caliente en su boca. Mi cuerpo se estremece de placer mientras ella continua chupándolo, ordeñando hasta la última gota de mi. Me alejo, jadeando pesadamente y mirándola con una sonrisa de satisfacción.
— Buen trabajo, Ari. Te lo tragaste todo, como debería hacerlo una buena perra.
Se que dije que no la trataría como una sumisa pero esto me estaba matando, mis deseos de poseerla hasta en lo más mínimo me mata.
— ¡Boss! — Despierto de golpe al sentir como agua cae en mi rostro. Vladimir me mira con el ceño fruncido y miro a mi alrededor con molestia limpiando mi rostro.
— ¡Joder que haces aquí! — Me quejo, estaba por follar a su futura madre y darle un hermano.
— Arinka, la que me dijiste que cuidara o esperarías a que aparezca. Ha regresado a Rusia, abrió una pastelería familiar.
Mi sonrisa no tarda en aparecer, le hago una seña con la cabeza para que se valla y me obedece.
Me destapo dispuesto a salir de la dicha pero miro el desastre, me corrí entre sueños. — Дерьмо.
Me doy una dicha para tratar de quitar de mi cabeza a esa maldita mujer, mi cabeza tiene un debate si tenerla conmigo en un mundo tan oscuro con el mío es buena idea.
La mínima sospecha de Antoni podría ponerla en la mira y ella no está lista para eso, no está hecha para diseñar planes malvados, irradia una inocencia atrayente y su mirada dice de mil formas que es alguien a quien debo proteger con mi vida.
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Una Extra Muy Afortunada
FanficEntre a el mundo de la lectura a los once años. Ahora resulta que soy una antagonista en el mundo de un libro que no conozco pero se la mayoría de cosas importantes por fanfinc.