Enemistad

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— ¿Qué es todo esto? — Adam se gira hacia mi y abre la cortina de la sala para permitirme ver a Christopher inconscientemente

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— ¿Qué es todo esto? — Adam se gira hacia mi y abre la cortina de la sala para permitirme ver a Christopher inconscientemente. — ¿Y su abuela y tío? — Sonreí.

— No fue necesario intervenir los italianos los atacaron primero. — Me informa. — Pero salieron ilesos.

— Comprueba que estén bien, no quiero que mueran antes de conocerlos y más a Recce. — Entro a la habitación para ver fijamente al coronel. — Te dije que no podías contra mi y que me necesitarías. — Susurro en su oído — ¿Dónde están tus salvadores después de que tirara un edificio encima de ti?

Su rostro sigue sin emoción, su respiración es normal por lo que me alejo y le acerco al doctor. — Hagan lo necesario en cuanto despierte hay que sedarlo.

— ¿Qué haremos después de eso?

— Dáselo a las sombras y que lo envíen a mi casa junto a Zeus. — Me giro para ver a Adam — Y si le haremos creer que nosotros lo encontramos cuando ustedes atacaron el hospital militar, nadie sabe que fuimos nosotros ¿verdad?

— Nadie. — Niega y asiento cuando me abre la puerta.

— Bien. — Me quito los guantes dejándolos en la bandeja para caminar a mi habitación.

— Hasta que llegas. Tenemos un problema, Mascherano te quiere con él. Le ordenó a mi padre conseguir información sobre ti.

— Pronto le daremos la cara, un paso a la vez Vlad y por favor regresa a ser rubio me estresa verte castaño.

Aparecerme en el hospital militar no era uno de mis planes pero decidí finalmente ver de cerca a lo que me enfrentaba

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Aparecerme en el hospital militar no era uno de mis planes pero decidí finalmente ver de cerca a lo que me enfrentaba.

— Disculpe. El coronel Christopher Morgan. — La recepcionista me escanea de pies a cabeza. — ¿Qué? Se te perdió una igualita, mi amor se que quisieras que alguien tan maravillosa como yo te hiciera caso pero estoy casada. — Muestro el anillo que me regalo Vladimir que tiene extrañamente tiene una K por dentro.

— Disculpe pero no puedo dejarla pasar, esto es la FEMF. — Se burla.

— Es un hospital militar y gano más que tú incluso si volviera a trabajar en mi pastelería. — Le tiro el agua encima de la computadora y finjo preocupación. — Cuanto lo siento.

Una Extra Muy Afortunada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora