Cap 59: La calma al final del caos

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En los bosques antiguos oculto y silente,
Un dios elfo yace, en su prisión ausente.
Una historia oscura emana de su ser,
En la memoria ancestral, aún hay por qué temer.

Sus cabellos de plata, su mirada enigmática,
El dios elfo reina en su prisión estática.
Un ser de poder, de magia indomable,
Pero su alma manchada, algo imperdonable.

Cuentan las leyendas que en tiempos remotos,
El dios elfo estaba rodeado de plenitud y alborotos,
De hijos elfos, seres tiernos y vibrantes,
Que llenaban su mundo con risas y cantas.

Mas algo en su corazón se oscureció,
Un apetito insaciable, un mal que creció.
Se sintió voraz, una sombra en su ser,
Y en su afán de poder, comenzó a devorar.

Sus pequeños vástagos, su amada creación,
La luz de su vida, cayó en la perdición.
El dios elfo, desgarrado por su acto cruel,
Fue condenado a perpetuar su tormento, fiel.

Sus lágrimas inservibles, no pueden borrar,
El pecado tan horrendo que lo hizo callar.
En su prisión eterna, añora redención,
Un olvido profundo, la expiación de su aflicción.

En cada rincón del bosque susurra el viento,
La historia del dios elfo que pagó su tormento.
Y aún en su reclusión, un destello de divinidad,
Un recordatorio constante de su antigua claridad.

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En el momento que el techo de la cámara se comenzó a venir abajo, algo de su interior fue expulsado: una masa oscura de textura viscosa cayo al suelo, donde se retorció y rápidamente comenzó a tomar forma.

Gaiel miraba, paralizado por el miedo, como aquella sustancia crecía y se hacia mas grande. A medida que se iba expandiendo, comenzaba a tomar forma.

Primero se formaron los pies, luego las piernas, después apareció un torso del cual brotaron dos tentáculos los cuales tras una rápida agitación se transformaron en brazos y sus respectivas manos.

La viscosa sustancia siguió creciendo, dándole a aquella cosa una cabeza que poco a poco se iba formando y dando una apariencia humanoide.

Sin embargo, alguien no iba a permitir que esa cosa completara su transformación. Kali uso todas sus fuerzas para levantarse y arrojo un ataque de energía, el cual como si fuera un poderoso chorro de agua disparado a presión, cruzo el espacio y al dar en su objetivo, produjo una gran explosión que hizo temblar el lugar.

—¡Q-Qué demonios es eso! ¡¿Lo has vencido?! —exclamó el elfo mientras se cubría de los escombros.

—...—Kali guardo silencio mientras veía los restos de la explosión disiparse, luego su rostro se vio preocupado. —¡N-No funciono, rayos!

Kali maldijo y apretó sus puños con fuerza. En la distancia, aquella cosa que le lanzo su ataque de poder se mostraba ilesa, pues una barrera de energía de color carmesí encerraba su cuerpo, protegiéndolo de cualquier ataque mientras se transformaba.

Delante de la guerrera y el elfo aprendiz, aquel ser había completado su transformación. Era un ser de gran tamaño, su cuerpo de apariencia humanoide rondaba los 7 metros de altura, toda su piel era de un color gris y contaba con una cabeza humanoide con una larga cabellera de color blanco.

Debido a su despertar, la criatura estaba desorientada, todavía no se percataba de la presencia de los guerreros, por lo que se dedicaba a mirar el entorno en el que estaba, aunque al mismo tiempo emitía gemidos lamentables, como si se quejara de un dolor o algo parecido.

Amarte No Es Difícil (Tú y Kefla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora