☆ Cap. 24

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La situación de Namjoon era, al parecer, la más complicada. Desde aquel fin de semana de Marzo las cosas con Soyoon se fueron a la mierda, tanto por lo que pasó en el departamento de Park como por la llegada de Chen a la universidad, ya que desde esa noche los rumores de la chica empeoraron gracias a él y bueno, ahora toda la facultad se alejaba de ella gracias a su mala reputación.  Al parecer de Namjoon, todos eran una bola de hipócritas; pero eso era lo que menos le importaba ya que la chica se alejó de él por completo y aunque hubiera querido dejar eso en paz, no podía. No podía dejar a la chica a su suerte cuando esa noche demostró que quería y necesitaba a alguien, y Park sabía que él podia ser ese alguien.

El caso era que Soyoon lo dejara.

— Soo... — La chica lo miró, sin decir nada. — ¿Puedes dejar de evitarme? Por favor.

La chica suspiró cansada, volteando a mirarlo. —¿Qué es lo que quieres?— Preguntó.

— Ayudarte — Contestó Namjoon, acercándose con lentitud, como si tratara de no asustarla. Ella rió divertida al escuchar su respuesta.

—¿Ayudarme? No me hagas reir, ¿quién te dijo que quiero eso?—

— Soo... —

— Sé que crees que es lo que quiero, que necesito ayuda y esa mierda cursi, pero no es así — Comenzó a hablar Soyoon. — Esto no es una maldita película Park, esta es la puta vida real. No me vas a salvar con tu cariño.

— Tal vez con algo más que cariño pueda hacerlo — Insitió Namjoon. Hwang volvió a reír. 

— Park, entiende, no necesito que me salven, no quiero ayuda, ¿quién mierda te dijo que quiero que me salven?—

— Tu — Contestó el chico. — Tus ojos me lo dijeron esa noche.

Soyoon giró los ojos con fastidio y sin darle oportunidad al chico de decir algo más, tomó el libro que quería y salió de la biblioteca, pasando a empujarlo. Él suspiró cansado, llevaba casi dos meses con lo mismo, y vaya que no quería hartar a la chica (aunque parecía que lo estaba haciendo) pero tampoco quería dejar las cosas como estaban, sabía que se estaba desgastando de más porque antes ya tenía suficiente con la universidad como para agregarle algo más a su cabeza. Pero justo cuando la idea de dejar las cosas como estaban, recordaba a la chica esa noche, recordaba sus ojos tristes, llenos de lágrimas; recordaba la forma en la que tembló cuando la besó, demostrándole que un beso podía ser algo más que solo un acto de lujuria.

Sin embargo, no sabía como recuperar a la chica.

Realmente quería ayudarla, pero no sabía como, apoyarla y acogerla. Quería entenderla, pero era muy posible que jamás lo haría.

Las intenciones eran buenas, excelentes, y Soyoon lo sabía, la chica no era estúpida,  ella sabía a la perfección lo que Namjoon quería.

Sacarla del agujero en el que estaba.

Pero la chica no quería, y no porqué le gustara su forma de vivir, de hecho, le asqueaba, sin embargo, no quería destruir a Namjoon y sabía que las personas que intentan curar a personas rotas terminan igual o peor, lo sabía porqué ya le había pasado, y no volvería a arrastrar a alguien más, no podía.

La chica quería ser salvada, y todas las jodidas noches deseó poder parar con esa maldita necesidad de atención, deseó poder dejar de ser esa niña asustadiza que se esconde detrás de una máscara de piedra, pero que estaba necesitada de cariño más que cualquier otra persona, lo deseó y lo intentó,  pero no pudo hacerlo. Así que se rindió, o al menos eso creyó. Ella sabía que podia ser la chica más linda y amorosa que existiera si tan solo dejara de tener miedo. Estaba harta de fingir, de tapar su soledad con cualquier acoston casual en un bar, de maquillar su cara exhausta; ella solo era una chica, quería salir con amigas, reír, bailar, llorar, adorar las películas de romance y recibir algún ramo de flores, confiar y amar, pero ¿cómo lo iba a hacer si nunca se le permitió?
¿Como iba a confiar y amar si nunca pudo hacerlo?

Lindo Arcoíris ☆ AU KM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora