☆ Cap. 22

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Sana no era mala persona, de hecho, era todo lo contrario, sin embargo, tenía un pequeño defecto: era demasiado rencorosa. Desde que era pequeña soñó con ser grande, con conocer esa idea de amor romántico que mostraban en televisión; no supo cómo pero cuando conoció a ese niño pelinegro a los cinco años parecía que la vida lo había enviado para eso, pero era claro, Jungkook nunca lo pensó, era un niño, por lo que la contraria solo se conformó con su bonita amistad. Pasaron los años y a pesar de que Chaeyoung era mucho más unida a él, el pasar tiempo juntos era perfecto, hasta ese día que Jeon se alejó de ellas.

La niña no entendía porqué un día solo dejó de hablarles en recreo y se dedicaba a hacer tareas, nunca se enteró de las razones por las cuales no volvió a salir con ellas ni porque esa linda carita feliz y esos ojos brillantes desaparecieron, no se enteró de niña y cuando creció ya no le interesó hacerlo, lo único que sabía es que Jungkook perdió eso que a ella le encantaba y lo reemplazó un chico gris e invisible. 

Sana nunca le deseó el mal a Jungkook pero mientras más triste y ausente se veía él, más le alegraba a ella, por esas razones no quería que nadie se acercara a él, pero todo lo que a su parecer había logrado, se derrumbó cuando Park se hizo amigo de él porque Jimin le caía bien y Momo le caía aún mejor, pero detestaba la idea de que Jungkook tuviera amigos cuando no sabía tenerlos (según ella). Era claro que no conocía las verdaderas razones por las que Jungkook se alejó pero tampoco quería saberlo, sin embargo, su enojo con él aumentó cuando la noche de la fiesta vio a Momo llorar porqué había peleado con Jimin por culpa del pelinegro o aún más cuando vio a Tzuyu entrar con la mirada decaída porqué Taehyung había pasado más tiempo con el amigo de Jeon que con ella.

Sana solo queria encontrar una razón válida para odiarlo porqué sabía que odiarlo por algo que habían pasado de niños era tremenda estupidez. Y esa ocasión fue perfecta. 

— Ya pasaron dos semanas y no te habla.

Momo estaba recostada en las piernas de Tzuyu, su amiga, mientras le acariciaba el cabello con delicadeza, tratando de darle un poco de consuelo.

— Las cosas van de mal en peor — Comentó Momo. — Pero realmente quiero a Jimin.

— Pero él a ti no. — Contestó Sana, recibiendo una mala mirada de Nayeon.

—¡Hey! — La reprimió Jihyo. — Las cosas estan demasiado mal como para que vengas a decir eso.

— Es la verdad.

— Pues, Momito,  no quiero poner las cosas peor pero... — Mina no pudo terminar de hablar ya que su amiga la interrumpió, sentándose de golpe. 

— Ya sé.  — Contestó.  — Realmente al principio no quería creerlo pero, las cosas están mal.

—¿Por que no hablas con él?— Preguntó Nayeon, quién se había mantenido al margen de la conversación hasta esos momentos.

— Ya hablé con él. 

— No, ustedes lo que hacen es pelear, no hablar. — Comentó Nayeon.

— Ya no quiero Naye, ya no. — La mencionada se quedó callada. Si su amiga ya había tomado esa decisión, no tendría forma de hacerla cambiar de parecer, lo que la desanimaba, ella había visto todo el proceso de la relación de Jimin y Momo, desde que Taehyung los presentó hasta cuando hicieron oficial su noviazgo esa noche del baile.

— Es lo mejor momito. —

La chica asintió al escuchar las palabras de Sana, recostandose de nuevo en las piernas de Tzuyu, quería creer que en verdad era lo mejor alejarse de Park, no sabía si era una decisión demasiado repentina, pero sentía que estaba peleando por un lugar que no le pertenecía. Además, era demasiado joven para complicarse tanto, había vivido cosas muy lindas con Jimin, y también lo había querido, pero sabía cuándo era el momento de irse y aseguraba que ese momento había llegado.

Lindo Arcoíris ☆ AU KM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora