☆ Epilogo.

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A mi normalmente no me gustaban las historias románticas, eso era más del estilo de Mattheo (aunque le encantaba negarlo) a mi me gustaban más aquellas historias artísticas, donde vivían y morían por su profesión. Aunque de vez en cuando, me gustaba recordar mi historia romántica favorita, aquella donde dos compañeros de la prepa se conocían en un salón de belleza, donde se volvían amigos en un restaurante e inevitablemente terminaban enamorados el uno del otro. Me gustaba no solo porqué fuera la historia de mis padres, sino porque en realidad me parecía linda.

Tal vez la había escuchado más de diez veces en todos estos años, pero no me importaba, podría escucharla veinte veces más y no me cansaría. Esperaba que en algún momento, pudiera vivir algo tan real y tierno como lo que tienen mis papás.

— ¿Me estás escuchando?—

Sonreí al escuchar aquella pregunta y después negué con la cabeza.

— Lo siento, estaba pensando en el musical — Hablé — Sigo sin convencer a Mattheo de que participe.

— Sabes que no lo hará — Comentó Ryujin — Él está encantado solo con el hecho de escribirlo.

Negué con la cabeza al escucharla y después giré la mirada a la ventana del salón, que daba directo al teatro de la prepa.

— ¿Crees que dejen tarea? Muero por salir el fin de semana.

— ¿Salir? Tienes que ayudarme con el musical.

— ¿Ayudarte? Pero si no tenemos nada que hacer hasta que Matt termine de escribirla — Habló mi amiga con un pequeño puchero.

— Tenemos que planear la escenografía y los vestuarios — Comenté — Aunque creo que no son demasiados, solo vamos a poner los más importantes.

— ¿Ya les hablaste a tus padres sobre eso? — Negué con la cabeza y giré la mirada de nuevo a mi amiga.

— Quiero que sea una sorpresa de aniversario — Contesté con una pequeña sonrisa — Así que no le digas a tus papás porque de seguro ellos les dicen.

Ryujin sonrió y después asintió.

— Y eso qué no te gusta el romance — Comentó.

— Solo el de ellos.

Ya habían pasado doce años desde la primera vez que llegué con mis padres, y a pesar de que no recordaba toda mi niñez con exactitud, los recuerdos qué tenía eran solo momentos en familia, de Mattheo, mis papás y yo. Recuerdo muchas cosas, recuerdo verlos bailar en la cocina entre risas, esas tardes de películas donde nos acariciaban el cabello o lo hacían entre ellos, esos fines de semana en el super, viendo como se reían por cosas que solo ellos entendían, o como se hacían pequeñas bromas, recuerdo las vacaciones en la playa, donde jugaban con nosotros en la arena, cuando nos enseñaron a nadar o cuando solo nos veían jugar mientras platicaban entre ellos. Recuerdo cómo papá kook le llevaba flores cada fin de semana a papá Minnie cuando llegaba del trabajo, como le seguía comprando cada cosa que veía de Taylor Swift (la cantante favorita de mi papá y la razón por la cual me llamo Alisson) o a su vez como papá Minnie le compraba todos los libros que papá kook quería, como le preparaba la cerveza de mantequilla qué salía en Harry Potter (la saga favorita de mi papá kook y la razón del nombre de mi hermano) o a su vez como le pintó un enorme cuadro de Hogwarts.

A Mattheo le encantaba leer y, sin embargo, decía que de todas las historias románticas que había leído, la de nuestros padres era su favorita, y aunque él y yo nunca estábamos de acuerdo, esa era la única cosa en la que coincidía con él. Por esas razones habíamos entrado al club de teatro, para poder hacer una pequeña representación de la historia de mis papás y que todos los demás se dieran cuenta de que el amor sincero era real.

Lindo Arcoíris ☆ AU KM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora