Una obsesión con el cabello de colores, el chico del salón de belleza y un mal cumpleaños daría inicio a una linda amistad.
Luego de un tiempo, Jm encontró amor en esos ojos brillantes, pero, los amigos no se podían mirar de tal forma.
¿O si?
Acl...
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Al momento que Jungkook despertó estaba solo en su habitación excepto por un gran dolor de cabeza que lo acompañaba, sin muchas ganas de moverse se estiró para tomar su teléfono, que estaba justo al lado de la cama, el chico revisó las cosas del día anterior y después suspiró al recordar todo, sintiendo como su dolor de cabeza crecía a tal grado de querer explotar. El chico se levantó y salió de su habitación, yendo directamente a la cocina por unos analgésicos, la casa estaba en un terrible silencio, algo que lo relajó un poco, si su padre ya no estaba en casa era una buena señal.
—¿La cruda nubló tu vista o prefieres ignorarme?— Al escuchar eso cerró los ojos, sin querer voltear — Mira que entre más pienso las cosas menos las creo.
El chico no dijo nada, solo sirvió un vaso de agua y tomó los analgésicos.
— Al menos sé hombre y dame la cara.
El chico giró a su padre, estaba sentado en una de las sillas del comedor, viéndolo directamente, con los lentes que usaba para leer el periódico y una tasa de café en frente.
— Vas a explicar qué carajos pasó —
— No pasó nada, no hice nada malo, cada pedido ayer se entregó bien y no rompí ni siquiera una bendita copa, ¿qué es lo que te molesta?— Preguntó Jungkook con el entrecejo fruncido.
