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Yuta no podía dormir, tampoco sabía cómo había terminado subiendo al casino flotante, aún así sabía perfectamente que algunos de los juegos se le daban muy bien. El poker en especial, se sentó en la mesa con el resto de jugadores, dos más aparte de ella. Estaban por empezar cuando un hombre de cabellos largos y de dos colores distintos se sentó en frente de ella, ahora tendría tres oponentes, nada que no hubiera hecho antes.
Un crupier repartió las cinco cartas a cada jugador, allí fue cuando la batalla entre Yuta y Sigma empezó, los otros dos jugadores a duras penas sabían jugar. Tras varias rondas con distintas apuestas, finalmente Jack y Rinosuke tuvieron que retirarse, por otra parte Yuta y Sigma habían igualado sus apuestas, era momento de mostrar sus cartas, el chico fue el primero sin temor a perder mostró su escalera de color. La sonrisa en el rostro de Yuta se ensanchó, había ganado con un repoker, cuando mostró sus cartas, el joven no se lo creía, aún así acepto la derrota.
¿- Un placer jugar contigo señorita...?
- Nakamura, Nakamura Yuta. Igualmente...- Se presentó la joven.
- Un nombre muy bonito. Yo soy Sigma.- Explicó él dueño del casino, quién apenas usaba los juegos del casino a pesar de tener el permiso de Fyiodor.
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Aquel fue su primer encuentro pero no el último. La joven solía aparecía en el casino por la madrugada, algo que sin duda sorprendía a Sigma, pero quién era el para juzgar. Pudo observar que apenas jugaba en las máquinas, pero sí que jugaba contra personas en juegos como el Black Jack o el Poker...
Sigma la observaba, pero ella también le observaba, habían hecho contacto visual más de una vez, Sigma empezaba a pensar que eso estaba mal ya que la joven apartaba su mirada de la de él siempre que sus ojos coincidían. Sin embargo aquella idea se esfumó de su cabeza cuando la chica apareció frente a él.
- Disculpe, no he podido evitar figarme en què siempre está por el lugar pero no usa el casino... ¿Puedo preguntar porqué?- Soltó la joven tímidamente.
- Trabajo aquí, no estaría bien dar mal ejemplo a mis empleados...- Explicó tímidamente el joven.
- Oh vaya... Yo que quería la revancha. Supongo que entonces no estaría mal conocerle.- Propuso a la vez que jugaba con sus manos, debido a los nervios que sentía.
- Claro, pero por favor no me hables de usted, debemos tener la misma edad...- Pidió el chico a la vez que se rascaba la nuca, la chica asintió y tras un breve silencio Sigma le tendió la mano a Yuta para que le permitieran entrar en la zona VIP. Aquella noche se hablaron de temas triviales de la vida, aunque Sigma no conocía nada a parte de su casino le contó lo que pudo.
¿-Entonces no te acuerdas de nada más?- Preguntó la joven mientras jugaba con la bebida que le habían ofrecido.
- No, solo recuerdo desde que estoy aquí.- Afirmó el de cabellos largos.
- Yo puedo ayudarte a hacer nuevos recuerdos.- Dijo la joven con una sonrisa pícara, Sigma asintió.- ¿Brindamos?- El joven asintió ante la propuesta de Yuta.
- Por nuevos recuerdos juntos.- Soltó Sigma, la chica asintió y juntaron sus copas, tras aquello ambos tomaron un sorbo. Aquella fue una gran noche donde una amistad nació.
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