One shots - Bungou Stray Dogs

Headcanons

Este capítulo es un poco distinto, son algunos ships de bsd x lectora. ¡Espero que os guste!

Ships: Soukoku, Suegiku, Fyolai.

Dazai había vuelto a la Port Mafia, no estaba allí por voluntad propia; sin embargo, no podía hacer nada para cambiarlo. Él volvía a tener su anterior puesto, Chuuya era otro de los ejecutivos de la mafia al igual que Susan. Cuando Chuuya y Dazai tenían 16 años, conocieron a Susan y se convirtieron en sus mentores, ahora ya no lo eran y ella al igual que ambos hombres de ahora 23 años eran de los mejores en la organización. Mori les había asignado una misión, tenían que ir a uno de los hoteles más pijos de Yokohama donde tendrían que acabar con un antiguo miembro de Guild el cual intentaba terminar con lo que empezó su antigua organización. ¿Pero porque tenían que ir los tres? Fácil, el hombre tenía el edificio lleno de militares y no, no estamos hablando del señor Fitzgerald.

Tras un largo viaje de tres horas llegaron al hotel, ya era oscuro por lo que utilizarían aquella noche para observar el lugar y que hacía su víctima para atacar la siguiente noche. Llegaron a la habitación, solo tenían una, Mori debía haberse equivocado al reservar... O eso pensaban los tres. Tras cenar fueron a la "disco" que tenía el hotel, allí estaba  el hombre, ellos ni siquiera sabían su nombre, pero le habían visto en distintas imágenes. Los tres estaban juntos, pero Susan tuvo una idea, les dijo a sus compañeros que iría a por bebidas y aunque así fue hidratarse no era su razón principal.

- Un Martini por favor.- Pidió la chica, al hombre que atendía la barra, se dió cuenta de que el hombre de cabello oscuro la observaba.

¿- Sucede algo?- Preguntó viendo al antiguo miembro de Guild.

- No,no... Es solo que aquí no hay mujeres como tú.- La chica le sonrió, empezaron a hablar un buen rato hasta que apareció Chuuya.

- Te estaba buscando.- Dijo el pelirrojo poniendo sus manos en la cintura de la joven.

¿- Así que tienes novio?- Pregunto Yamamoto.

- Tiene dos novios, si nos disculpas.- Soltó otra voz muy conocida para el pelirrojo y para la mujer. Ambos hombres llevaron a la mujer a su habitación.

- Susan...- Susurró Osamu.

- Estaba intentando facilitarnos la misión, si conseguía tomar confianza mañana podría haberlo alejado de la multitud.- Explicó molesta la rubia.

- Lo sabemos, pero la forma en la que te miraba...- Se quejó el pelirrojo quien se estaba acercando de nuevo a la joven.

¿- Y eso de que sois mis novios...?

¿- No te gustaría?- Tras escuchar aquello de Dazai la mujer se sonrojó, Chuuya la abrazó por detrás y dejó algún que otro beso por su cuello...

Tetchō estaba haciendo ejercicio en el gimnasio que tenían en su casa, Jonō estaba sentado en una de esas máquinas mientras escuchaba a su novio, ¿ y donde estaba Haru? Ella había terminado de entrenar y recién había terminado de tomarse una ducha.

¿- Queréis que pidamos algo de comer o preparo alguna ensalada?- Preguntó la de cabellos morados a los dos hombres.

- Yo prefiero una ensalada con todo del mismo color...- Respondió el de cabellos oscuros.

- Sois muy sanos vosotros dos... Yo quiero carne.- Se quejó el albino quien llevaba rato sentado en la bicicleta eléctrica.

-Estamos empatados... ¿Haru?- Preguntó Tetchō con un tono de voz apenas audible.

- Bien, comeremos de primero ensalada y de segundo pollo... Jonō ayudame.- Con una sonrisa el albino siguió el sonido de los pasos de su novia, al frenar supuso que se encontraban en la cocina y así fue. Haru cortaba los ingredientes y Jonō los ponía en un bol, cuando ya estaban todos, puso la sal, el aceite y el vinagre mientras la mujer pedía el pollo.

Jonō y Harunse habían quedado hablando en la cocina mientras esperaban que les llevarán la comida que habían pedido, el hombre estaba sentado en la encimera y ella simplemente le observaba. Aunque el de cabellos blancos no podía ver sabía que había alguien más con ellos en la sala y sabía perfectamente de quien se trataba, pero Haru no se había percatado de ello y no se dió cuenta hasta que unos brazos la atraparon.

¿- Te he asustado peque?- Susurró Tetchō en el oído de la mujer con una sonrisa, ella se aparto de él haciendose la molesta.- Vamos no te enfades por esa tontería...- Se quejó el burlescamente, a pesar de ser introvertido cuando el himbre cogía confianza podia llegar a sorprender.

- Vamos dejad las tonterías que ya está aquí nuestra comida.- Dijo el albino, el timbre aún no había sonado pero él ya se dirigía hacia la puerta aún así un par de segundos después de que Jonō dijera aquello el timbre sonó. La primera vez que aquello les ocurrió Haru se asustó, pero ahora solamente soltaban una leve risita y observaban a su novio quien sin preocupación iba  a por su comida. Tetchō mientras abrazó a la joven.

- No se que sería de mi sin vosotros... Os quiero.- Soltó el de cabellos oscuros mientras disfrutaba aquel día libre.

Fyodor solía ir siempre a la misma cafetería, al igual que él una joven de cabello grisáceo también iba diariamente al local, tomaba un café mientras leía y luego se iba. Sin duda aquella chica había llamado la atención del ruso, quería conocerla, saber su nombre... Un día quedó en la cafetería con Nikolai, a el también pareció llamarle la atención la joven.

- Fyodor... ¿Por qué no le hablamos?

¿- Prefieres a una chica antes que nuestra amistad?- Soltó Fyodor un poco molesto.

- Oh, eso te preocupa... Os quiero a los dos y no solo como amigos.- Soltó a la vez que le guiñaba el ojo a su hasta ahora amigo. Tras aquella charla los dos decidieron hablar con la joven, en total no perderían nada; un mes después se encontraban los tres en la cama de Fyodor.

- Dios, no sé cómo he podido vivir sin estar con vosotros...- Se quejó el albino mientras abrazaba a Fyodor y acariciaba la mano de Irina.-Sois mis ángeles.-  A veces los otros dos dudaban si Nikolai estaba cuerdo; sin embargo, él volvía loco a Fyodor, y Irina tras tres semanas conociendo a Gogol podía decir que le gustaba con locura, a Fyodor también le queria, pero era distinto ella sentía que debía protegerle... Le parecía débil, pero aún así le gustaba y le cuidaría.

Tras dos años de una relación, Irina falleció en un accidente de tráfico, aquello incitó a ambos jóvenes a aventurarse en una locura con tal de descubrir y vengarse de la muerte de la que iba a ser la madre de sus hijos, dos gemelos que también fallecieron en el accidente.