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Dazai, Chuuya y Jun habían terminado en una discoteca, ninguno de los tres terminaba de saber cómo es que habían llegado allí pero marcharse ya no era una opción. Los tres solían trabajar juntos, por lo que al fin y al cabo se tenían bastante confianza. Dazai aunque dijera que no, veía a sus dos compañeros como amigos, para él la forma en la que Jun miraba a Chuuya no era solo como amigos, pero es que el pelirrojo tampoco veía a la chica como una amiga. A pesar de que el de vendas era consciente de lo que se rían sus amigos, siempre les molestaba, y aquel día no iba a ser una excepción.
Jun había ido a por unas bebidas, mientras que Chuuya y Dazai estaban hablando desde el piso superior.
- La verdad es que ese vestido le queda muy bien a Jun.- Soltó el de cabellos oscuros sin ver al pelirrojo directamente, la mandíbula del mayor se tenso.
- Lo sé, pero no sólo es el vestido... Todo le queda bien, esa chica es perfecta.- Respondió Chuuya, más para él que no para Dazai. Los puños del más bajo estaban cerrados, por lo que Dazai al percatarse le dio un golpe en la espalda.
- Tranquilo Chiby, he visto la forma en la que os miráis, eso que sientes es mutuo. Además Jun no me interesa.- Chuuya le observo, su rostro mostraba irá, pero no podia hacer nada si no quería ser hechado del lugar.
- Chicos, ya estoy aquí.- Anunció la joven quién llevaba bebidas para los tres, se las entregó y ambos se lo agradecieron.
¿- Esa chica es muy linda, no crees Chuuya?- Soltó el de vendas, sabía que al pelirrojo no le importaban las otras chicas, pero quería molestar a Jun, no permitiría que nada malo les pasará a sus compañeros, pero aquello no era nada malo... Solo eran bromas. Por su parte, el mayor arrimó los hombros y bebió un poco de lo que Jun le había traído, no sabía lo que era, pero vino seguro que no.
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¿- Crees que Dazai estará bien?- Pregunto la chica mientras abrazaba su cuerpo, ella y Chuuya habían salido de la discoteca y habían terminado en un prado donde hacía bastante frío.
- Te preocupas mucho por Dazai... ¿A caso te gusta?- Soltó el mayor un poco molesto, Jun le miró sorprendida.
- Que tonterías dices idiota, esta más que claro que me gustas tú... Hasta Dazai se ha percatado de ello.- Ahora era Chuuya quién observaba sorprendido a la joven, a él también le gustaba; sin embargo, no sabía cómo expresarlo. Se fijó en que Jun estaba temblando por lo que se quitó su chaqueta y se la entrego a la joven.
- Pontela, estás temblando.- Jun asintió y una leve risita se escapó de ella.
- No eres nada bueno mostrando lo que sientes... Dazai dice que te gustó, ¿no es así?- Las mejillas de Chuuya estaban rojas, para que ella no lo notara se quedó caminando tras ella.
- Sí Jun, me gustas...- Tras escuchar aquello la chica se giró hacia él con una gran sonrisa y le abrazó.
- En verdad Dazai no me dijo nada.- Susurró em el oído del pelirrojo, quién a pesar de ser bajo era más alto que ella.
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Ambos seguían trabajando en la Port Mafia; sin embargo Jun se había quedado embarazada, no estaba en posición de pelear pero cuando Chuuya y Mori se enteraron la convencieron de que dejase de trabajar hasta tener a su hijo o hija. Por otra parte Chuuya había tenido que ir a Europa a sacar al idiota de Dazai de la prisión, ya estaban ambos fuera, pero el de vendas había insistido en ir a tomar algo antes de volver a Yokohama, allí se encontraron una chica con un vestido rojo como el que solía usar Jun cuando eran adolescentes, sin duda no podía dejar de pensar en su ahora esposa.
¿- Pensando en Jun?- Preguntó Dazai al ver dónde miraba el mayor.
- No puedo evitarlo... Podría habernos ayudado.- Se justificó el pelirrojo.
-Pero no es así, ¿a que se debe, no será que está...?- Chuuya no sabía si debía contárselo a Dazai, aún así asintió, quizás si se lo contaba a alguien de confianza le podrían dar consejos.
- Voy a ser tío.- Afirmó Dazai con una sonrisa.- Quiero ver a Jun...- Nakahara negó, ahora eran ambos quienes querían marchar del lugar pero debían terminarse los malditos cafés que Dazai les había hecho tomarse.
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