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Ni Jonō sabía cómo pero había conseguido tener dos semanas libres y estaba más que seguro que la menstruación de su novia no duraría tanto, además podía estar ciego pero aún así tenía sus necesidades... Sin embargo habían decidido ir a comer junto a Tachira y a Tetchō, para pasar un tiempo con aquellos que eran sus amigos; por lo que no había tiempo para estar solo con su novia.
Jonō sabía de sobras que Mei y Tetchō se conocían desde que eran pequeños, aún así verlos conversar tan tranquilamente y tan alegres... Jonō posó su mano en el muslo de la joven, Mei sin duda estaba sorprendida; por supuesto que sabía que su novio no tenía vergüenza aún así no se esperaba aquel pequeño acto pero que a la vez la ponía tan nerviosa, por lo menos no cuando estaban con sus amigos. En el rostro del albino apareció una gran sonrisa, con solo escuchar latir el corazón de su novia sabía que estaba nerviosa. Ni Tetchō ni Tachira se percataron, pero la mano del albino se deslizaba por el muslo de la mujer.
¿- Que piensas Jonō?- Indagó el pelirrojo al ver la sonrisa en el rostro de éste; pero su expresión pasó a confundida.
¿- De que hablas Tachira?- Intentó comprender.
-Pareces más alegre...- Justificó el pelirrojo.
- Me alegra poder pasar mi tiempo libre junto a mis amigosny mi novia, ¿ a caso no es razón suficiente como para estar alegre?- El pelirrojo asintió ante la explicación de Jonō. Los cuatro terminaron de comer y finalmente se despidieron para irse cada uno a sus hogares.
- Mei...- Se quejó el albino quien se encontraba detrás de la joven.
¿- Mhm?- Soltó ella para darle a entender que le escuchaba.
¿- No echas de menos pasar un rato divertido?- Preguntó él con un tono extrañamente inocente. Jonō podía estar un poco loco a veces pero le gustaba ser respetuoso respecto al coito, para él aquello era principalmente una muestra de amor y por ello no solía usar el mismo término que la mayoría de los jóvenes para nombrar aquella acción. Una leve risitas escapó de los labios de la joven, Jonō podía llegar a ser muy tierno si se lo proponía...
¿- Aún estás celoso?- Indagó Mei a pesar de ya saber la respuesta.
- No...- Susurró el albino a la vez que ceñía las cejas,bse veía realmente tierno.
- Ya claro y a mí no me gusta leer.- Se burló la mujer, Jonō ignoró aquel comentario y se acercó hasta su novia. La había atrapado entre sus brazos, cada vez sus labios estaban más cerca hasta que se encontraron. Ambos estaban disfrutando de aquello, los brazos de la chica se posaron en la nuca del hombre mientras que él la tomaba por la cintura, acercandola tanto cómo podía hacia él. Ante la falta del aire tuvieron que separarse, ambos sonreían, tenían sus frentes juntas.
- Mei... - Susurró el joven quién trataba de normalizar su respiración. Ella volvió a besarlo, él sin duda la siguió y cogió a la chica para llevarla a su habitación.
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