Capítulo XXXIII

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Miraste a través del gran ventanal del café, daba justo a la calle principal y, gracias a los pocos edificios, podías observar perfectamente hacia el cielo

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Miraste a través del gran ventanal del café, daba justo a la calle principal y, gracias a los pocos edificios, podías observar perfectamente hacia el cielo. La luna por fin se había asomado y el sol ya no estaba. Ya estaban en el horario de salida y por fin guardaban todo para cada uno ir a sus hogares a descansar.

Tú tenías otros planes.

Cómo era tu turno hoy, te llevarías algunas sobras que quedaron y que, preguntando, decidieron que si podías llevarte a la guarida.

Hoy, ante tu propia emoción, decidiste que sería buena idea ir a la guarida y así poder ver a tus ahora, novios.

Te sonrojaste al pensar en eso.

Tus novios.

Qué emoción era poder decirlo.

Y mejor aún, sin miedo a nada. Miedo que sentías tú por estar enamorada de cuatro chicos. Y ahora estabas en una relación con ellos, con tus sentimientos igual de correspondidos y recíprocos.

Tal vez podrías llevarles otra vez algo para comer, ellos lo amaban y tú amabas consentirlos de esa manera. Oh, también podrías hacerles una buena cena. Ayudar a Miguel Ángel con la cena siempre te ha gustado aunque no seas de las personas que cocinan realmente. Pero amabas poder estar a su lado.

—Ah, el amor... – Escuchaste decir detrás de ti.
Te giraste para ver a tu amiga, quién claramente te estaba molestando.

Te sonrojaste con más fuerza, riendo como una boba enamorada. Ella te volvió a molestar.

—¡Ya! – Te reiste.

—Es que mírate, toda una adolescente. –

—Tengo veinte. –

—Es lo que dije. – Se sentó en la silla antes de que la subieras, apoyando su brazo en la mesa y su cabeza en su mano, tenía realmente interes en saber al final que ocurrió. —¿Y se los pediste? –

Miras a otro lado en silencio. Ríendo complice. Luego te giraste a ella y asentiste feliz.

—¡Si! –Entonces tu amiga se levantó con rapidez para abrazarte. —¡Por fin! – Celebró ella.

Seguiste subiendo las sillas luego de limpiar la mesa.

—Todo salió bien en realidad... Así que ahora tengo cuatro novios. –

—La menos tímida. –

⊹⊹

Una vez que terminaste todo, eso implicaba limpieza y orden en la cafetería, y claro, llevarte algunas cosas que quedaron, saliste de allí caminando directo a la guarida.

¿Qué puedes decir?

Estás realmente emocionada por ver a los chicos. Tal vez porque ahora compartían aquel título que demostraba que era oficial. Ahora podías llamarlos tus novios y ellos podían decir lo mismo de ti, su preciosa novia.

La Historia De Cuatro Chicos Enamorados TMNT -Bayverse- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora