⚠️ Relación poligamica. ⚠️
T/N y las tortugas tienen una relación un tanto extraña. Los cuatro la aman y ella ama a los cuatro.
Situaciones de cariño, ternura y amor entre estos cinco personajes mientras el mal los acecha.
T/N x TMNT (Bayverse)
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Miraste a Leonardo con una sonrisa. Tenías que ir a trabajar, pero él no quería dejarte ir luego de lo que había ocurrido.
Era claro que te buscaban, o bueno, que querían hacerte algo con tal de llegar a ellos.
Y eso Leonardo no podía ignorarlo.
Su mano sostuvo tu cintura mientras la otra descansaba en tu mejilla. Se veía realmente angustiado ante la idea dejarte ir a trabajar hasta la noche sabiendo que no podría estar ahí para ti.
—¿Recuerdas lo que hablamos? – Preguntaste. Aunque no te gustaba que se preocupara tanto, no podías dejar de admitir que amabas que al estar preocupado, se ponía más cariñoso. Era un lado de Leonardo que te gustaba explorar.
Leonardo asintió.
—Estaré bien. Los llamaré apenas algo suceda. Donnie me dió este pequeño reloj. – Alzaste tu muñeca. Había un reloj de Donatello con un botón de pánico para ti. Al apretarlo, de inmediato les llegaría una alarma a ellos d eqje estabas en peligro. —Y me irán a buscar en la noche. No tienes que temer, Leo. –
—Lo sé... – Dijo, pero no era verdad, temia. Y mucho. —Es solo que... Te quiero. – Sinceró.
Una bella sonrisa se apoderó de tus labios. Te alzaste de puntitas y besaste suavemente su mejilla. Claro que Leonardo también tuvo que agacharse un poco.
—También te quiero, Leo. A los cuatro. Por eso no dije nada. No quiero que les suceda algo. –
—Si pero... –
—Y si me vuelven a capturar, jamás diré nada de ustedes. –
—No puedo contigo... – Dijo Leonardo luego de oírte decir eso.
Él no podía con la idea de que volvieran a hacerte algo. Qué esta vez si logren mutarte o algo así.
Aún así suspiró derrotado.
—Cuidate. ¿Si? – Sonreíste.
—¡Claro que sí! –
Y besaste su mejilla una vez más.
Luego de que Leonardo besara tus nudillos como un caballero. Amabas que lo hiciera.
⊹⊹
—Me alegra saber que estás de vuelta. – Dijo tu compañera de trabajo, quién había estado algo preocupada por tu ausencia.
—Si, lamento eso, Emy. Solo fue un contratiempo. – Le respondiste.
Miraste los clientes, sonriendo, aunque fueras una persona algo perezosa, habías extrañado trabajar allí, a pesar de todo, era entretenido a veces. Y aunque te cansaras y odiaras la idea delevsntarte temprano a veces, igual era entretenido.
—¿Que hay de eso en tu cuello? – Preguntó apuntando su propio cuello. Oh, si, la herida.
