Capítulo XXI

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Suspiraste antes de entrar a la guarida

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Suspiraste antes de entrar a la guarida. Caminando con bastante lentitud para así no tener que llegar tan rápido con los chicos.

Estabas nerviosa.

Muy nerviosa por lo que harías.

Pero ellos debían saberlo, te dices, debías hablarlo porque eso es lo que hacen las personas adultas. Se hacen cargo de sus emociones.

Y sentías que lo mejor que podías hacer, era hablarlo con ellos.

Emy te lo dijo, debías hacerlo para así no tener tantas dudas. Y claro que sabes que debes hacerlo.

Pero ¿Quién te daba la certeza de que todo saldría bien?

El miedo al rechazo era evidente. A pesar de saber que ellos te amaban, jamás lo hablaron como para darle algún título a lo que tenían.

¿Ellos estarían de acuerdo?

¿Podrían sobrellevarlo?

¿O solo todo esto quedará como un extraño suceso a olvidar?

Te detuviste a mitad de camino, queriendo dar la vuelta. Tal vez otro día... No, T/N, debía hacerlo.

Y aunque caminabas despacio para hacer más tardada la llegada, inevitablemente llegaste a la guarida. Sintiendo los nervios aumentar y las gana de huir más fuerte.

Miraste a todos lados. No había nadie. Estaba todo en silencio.

Supiste que debían estar en la sala, ya que era hora de alguna serie o algo así. Pero te sorprendiste al no ver ni siquiera a Miguel Ángel.

—Alo... – Llamaste.

Nadie respondió.

Caminaste hasta el dojo, encontrándolos en silencio. Te sorprendiste de aquello. Pues no es algo común verlos así. Si cuando tenían misiones y esas cosas, pero no así de serios a como estaban allí.

—¿Están... Están bien? – Preguntaste con suavidad, entrando con ellos y quedándote parada frente a ellos.

—Si... Todo bien... – Contestó tajante Raphael.

Miguel Ángel lo miró con tristeza, queriendo decirle que se detuviera uno dijera nada más. Pero una mirada dolida te llegó desde los ojos de Raphael.

—No, mientes. – Le dices segura de ello.

Raphael bajó su mirada, sorpendido porque sabes leerlo. Lo haces tan bien que se sorprende de eso, pero a la vez, lo ama. Porque los conoces tanto como ellos te conocen a ti.

O así lo creían... No saben que pasa...

Pero se siente diferente... Raro... Como un pesar en sus corazones.

Un nudo que crecía en el pecho de Raphael luego de verte la noche anterior con ese otro chico.

—Ya en serio ¿Qué pasa? Están raros. – Dijiste ahora más intranquila que nerviosa. Y es diferente la sensación.

La Historia De Cuatro Chicos Enamorados TMNT -Bayverse- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora