Capítulo XLI

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Caminabas por un pasillo, una fina tela tapaba tus ojos, así que algo lograbas ver

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Caminabas por un pasillo, una fina tela tapaba tus ojos, así que algo lograbas ver. Habían unos pasillos de color blanco, algunos vacíos, otros tenían personas, pero a ti no te metieron a ninguno, oh no, tu estabas destinada a otra cosa. Así te lo dijeron cuando peleaste un poco pensando que te encerrarían alli.

Seguiste caminando mientras esos hombres vestidos iguales te guiaban con unas armas apuntándote. Incluso si dabas otro paso más en falso, te dispararían. Claro que no para matarte, aún no tenían esa orden.

De todas formas, tus chicos te habían ordenado no hacer nada para evitar que te lastimaran, sabes que ellos ya iban por ti, así que solo te tocaba esperar lo más que pudieras. Tal vez, obtener algo de información pero nada más.

El lugar era increíblemente frío aún si llevabas más ropa de manga larga y el sonido de una máquina funcionando hizo que quisieras detenerte. Era un ruido tétrico y por la poca visibilidad que te daba la tela, sabías que era una máquina. Aún así, no dejaron que te detuvieras, pues te empujaron con sus armas, dándote así la idea de lo que sucedería si seguías sin acatar las órdenes.

Bufaste molesta. Mirando el suelo mientras intentabas ignorar a tu alrededor.

¿Qué te harían?

La incertidumbre te mantenía algo nerviosa y alerta, aún si mirabas el suelo, tratabas de mantenerte ahí y no irte en tus pensamientos y perderte cualquier cosa que pudiera ser importante.

Te llevaron hasta una gran habitación al final del pasillo. Habían más personas, podías ver sus siluetas perfectamente. La habitación era aún más fría que el pasillo y la luz traspasaba la fina tela que tapaba tus ojos.

Con fuerza y bastante brusquedad te llevaron hasta otra parte de la habitación, haciendo que chocaras con algo metálico. Esbas algo desorientada para este momento y no entendías que harían contigo.

—Subanla y sujetenla bien. – Dijeron de una manera fría.

Quisiste luchar para evitar eso. Apenas lo oíste, intentaste escapar.

Pero fue inevitable, te tenían amarrada ya de pies y manos, haciéndote imposible escapar. Te movías para todos lados intentando soltarte, pero era realmente una tarea imposible.

De repente, te quitaron la tela de tus ojos. La luz te cegó por unos instantes antes de poder ver con claridad y descubrir a quién tenías enfrente.

Miraste a tu lado, luego al otro. Dos tipos exactamente iguales frente a ti.

—¿Qué pasó, T/N? – Miraste al frente, su risa maniatica se te hizo familiar. —¿Qué? ¿No me recuerdas? – Preguntó con un deje de burla, tal vez para burlarse de ti.

Negaste con lentitud, sin saber quien era.

Un tipo, mutante, con cara de mosca, grandes ojos rojos que te miraban y su sonrisa desquiciada al verte ahí atrapada. Aunque esta vez, no te veías tan asustada.

La Historia De Cuatro Chicos Enamorados TMNT -Bayverse- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora