En sus manos sostenía una cinta a la otra mano, la desocupada, enrollaba su pelo acomodándolo de forma que le quedará una cebolla. La aplasta y deja su lacio pelo negro acomodado.
******
5 horas antes
—Te lo he dicho... —afirmaba Giuseppe con la voz ronca.
En su mismo rostro, D'Chenniel, le amaga con su mano en forma de querer pegarle. Su mano estaba abierta lista para darle un guantazo. Pero no lo hizo.
—Mira. No me toques los ¡cojones! —dijo D'Chenniel—, metete en tus asuntos. ¡Y no jodas!
—Pero D'Chenniel... —balbucea Giuseppe.
—Pero nada... es que me importa un comino las excusas o los cabos sueltos que dejas —expresa D'Chenniel—. ¡Encuéntrala ahora!
Se lo ordenó pero antes de partir a cumplir con lo ordenando, D'Chenniel; toma su brazo y lo acercó a él.
—Haz lo que tengas que hacer. Entendiste —susurra D'Channiel.
—¿Todo?
—Si. Todo —su voz fue aguda y pasó a tragar su propia saliva y tras ello, carraspeó y le soltó. Giuseppe solo le pego la espalda y se marchó— ya sabía de que iba todo y como debía manejar el asunto—.
La puerta cae tan pronto salió su primo de la habitación.
Se contuvo D'Chenniel.
Giro a otro lado y miró la costosa y añejada botella de whisky. Va a esta y en vez de beberse el primer trago de un vaso, se empinó de la misma botella de tamaño mediano.
Bebe otro sorbo pero más largo. Hizo una mueca y se lo tragó.
—Mierda —pega un gritó—, ¡carajo!
Deja la botella en la meseta de donde la coge. Y se queda maldiciendo todo lo que le rodea y a él, mismo, hasta lanzando golpes al aire. Solo uno lanzó y pegó contra la meseta. Dichas cosas que estaban encima de esta se tambalearon un poco.
Suenan tres toques en la puerta y volvió la mirada a está.
Va a esta.
Al abrir su fragancia lo envuelve y más que la misma se inclina hacia él y tan cerca estaba pegados sus labios a su mejilla, aunque, solo lamé rápidamente sus mejillas y se aparta un poco a él.
Le gusto. ¡Y mucho!
Se apartó de la puerta, con una mano sostenía esta y con la otra señala hacia adentro. Que pasará a su habitación.
La chica, no era ingenua. Él tampoco lo era. Pero si ambos saben que significaba eso, ella; solo asentó con una sonrisa y pasó. Mordiéndose los labios.
Cerró la puerta...
La tez de la dama era blanca, pero ahora lucia una cabellera negra y con un corte por encima de los hombros. Pero aún seguía presente su belleza. Más que sus labios estaban pintados a negro haciendo juego con su cabello.
Ella sostenía su bolso e iba camino a sentarse en la cama. Lo hizo. Y su lengua pasó por sus labios, para humedecerlos. Y aunque quisiera provocarlo o calentarlo, lo estaba logrando.
El volvió a donde había dejado su botella de whisky, bebe dos... tres sorbos pegados a la botella. Hizo una mueca tras ingerir esas exageradas porciones de alcohol. La dejo encima de la mesita y va hasta esta.
Se detuvo en frente de ella; donde la cremallera de su pantalón pegaba y daba a su boca, el por su estatura— favoreciéndole— inclinó la mirada y su dedo dispuso en llevarlo a un roce con sus labios, de molde grueso y con un pinta labios más negro, qué, era lo suficientemente sumisa a todo lo que él le pidiera o hiciera en ese momento. O en aquel entonces; solo la mira de vacilón y frota su dedo con su labio.
Se puede notar como ella se mueve, un poco, respiraba lento y se iba excitando con cada cosa que él le hiciera. O pudiera llegar a hacerle...
Hizo que se levantara, aún sosteniéndola de una mano y provocando que diera vueltas en círculo y, todo para vacilarla. Sí, mirar su culo.
Le pega una nalgada y está se muerde. Volteo a él y le besa pero de una forma asquerosa y apasionada. Sus lenguas batallaban entre sí, más que dejaban en cada una de sus bocas restos de saliva. Al estos apartarse... quedó en sus mejillas, labios rastros de saliva.
Este los lamé. Y hasta muerdes sus negros labios. Lo saborea y su polla se mueve. La sentía dura como el acero. ¡Dura!
Con un baile sexual, bajaba sujetándose de sus caderas... muslos y tobillera, hasta que queda de cara con su cremallera.
Se la bajó.
Y a su cara saltó su polla, estaba dura. Con total ansias de cogérsela... violársela... hacer que se atragantara al chuparla. Puso las palmas de su mano, abiertas, en sus muslos.
Comienza a lamer su verga...
Tanto fue la excitación que puso su mano en su cabellera negra. Y le empuja hacia él.
Se atragantaba, pero lo disfrutaba.
Todo hasta que él mismo D'Chenniel se hartó y empujó de ella, y su cabeza la sujetó desde su craneo, presionó. Y la atraganto más...
No se corrió.
Pero ella al dejar de chupar sus partes, termina con la boca abierta... babeada y tanto su labio inferior como el superior con la forma de su pene, abiertos y circulares y rodeados con saliva. Su dedo pasa por alrededor de estos e iba recogiendo toda la baba, y a la vez se lamía los dedos. Mostrándole al mismo macho su sumisión.
Él solo se muerde los labios y disfruta mirándola...
La carga en brazos y comienzas esas pasiones.
******
Para D'Chenniel haberlo hecho con esta dama estaba mal. Sentía que se había cogido a otra mujer que no fuera Fabiana —pero en realidad sí, él a esta se la cogió con el pensamiento y fantasía de haberse cogido a su amada Fabiana (eso era una verdad) pero lo hecho, hecho está— ya los actos no podían ser olvidados... y menos sabiendo que le gustaron.
Y es que la mujer de pelo negro y labios pintados en oscuro era de su tipo. ¡Tan caliente como él y tan sumisa a todo de él...! Pero tal vez, "eso", era lo que le faltaba a ella. O tal vez no.
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Blanco Y Negro
Teen Fiction[secretos, romances (+18), pasiones] el capo de la mafia vivirá su amor y se apoyará en su otra. Una sé convertirá en su esposa... y la otra su "puñal en la espalda". D'Chenniel Cattorini. De piel mestiza clara, como un color matanza, ojos pardos...