En este estado es lógico no poder estar sombría, pero él me hacia sentir lo más sobría posible.
¿Qué de quien hablaba? Pues, de Agustín.El me había llevado a casa en su auto. El cual era muy acojedor y se sentía caliente dentro a comparación del exterior, pues para nuestra sorpresa llovía a mares allí afuera.
—Voy a prender la calefacción —habló por fin, cuando el único ruido era el motor del auto, de su auto para ser precisa.
—esta bien, gracias. —fue lo único que atiné a decir.—
Mientras él terminaba de prender la calefacción, comenzó a desacomodar su corbata y a proceder a sacar su saco.
—Ten es mejor que te lo pongas. Así no pasarás tanto frío.Cuando vi su sonrisa tan cálida y su mano que extendía su saco, me hizo sentir cosquillas en el corazón, pues no sentía cosquillas en el estómago o las típicas mariposas que dicen sentir algunas chicas cuando están enamoradas, porque yo no lo estaba. O ¿si?, no.
Yo no estaba enamorada de Agustín, pero sí sentía una gran conexión con él, sus ojos tan bonitos y su sonrisa que podía hacer que sonriera y se me olvide algunas cosas.
Es por ello, que recién recordé que me encontraba en una conversación con él en estos momentos.
—gracias, esta bien me lo pondré. —respondí un poco fría o tal vez algo sería a pesar que mi mente sentía lo de las bebidas de colores.—Creo que deberías hacer ese gesto con tu novia y no conmigo. —mis labios no paraban de hablar al ver que intentaba ponérmelo. Creo que le dije aquello, más porque recordé que lo había visto con su novia en el elevador y yo, pues no era nada de él. Aunque, él insistía que yo era su amiga de la infancia, lo cual no recuerdaba pir más que intentaba.
—Esta bien, calmate Mel.
—Melania para ti.
—no estes enojada. El elevador eso no fue lo que parecía. Te lo digo enserio.
—Yo no dije nada, solo que es mejor guardar la compostura si no eres amigo mío; y más, porque tienes novia. Es necesario que si bien tratas de ser caballeroso, no lo seas tanto conmigo, porque pueden hablar. —de mi boca había salido todo lo que acaba de decir, se manera inesplicable y para vergüenza mía, aunque claro que tenía que decirle eso, no lo aguanta más.
—aquí no hay nadie para vernos estamos en mi auto Mel y tengo las lunas polarizadas. Además, aunque no quieras explicaciones yo te lo diré, porque eres importante para mi.
Ella ya no es mi novia, es la hija del dueño de la editorial Cornalina, con la cual la empresa de papá trabajaba, y... aunque no quiero nada con ella, hay un documento donde dice que tendré que casarme con ella para que realicen una fusión las empresas.
Y mi tío, por los millones que implica todo ello no piensa romper el compromiso y menos los padres de ella. —yo lo miraba con los ojos que reflejaban su alma.Sus palabras fluian y llegaban a mi corazón porque al saber que se casaría con ella y ya no se podía hacer nada.
—no puedo creer que aún exista matrimonios arreglados.
—Mel yo no quiero casarme con ella, aún estoy buscando pruebas. Cuando terminé la escuela será nuestro compromiso y dentro de un año se dará el matrimonio. Pero me reuso a ello.—yo te quiero a ti. Siempre a sido a si. Desde pequeños tus sonrisas eran lo que me llenaban el alma. Cuando pasábamos las tardes en los campamentos que nuestros padres realizaban. Era divertido estar contigo. Pero, solo un día te perdí a ti y los perdí a ellos...
—yo... no lo entiendo. No recuerdo bien. Pero, se que no me mientes, me has ayudado ya dos veces. Se que no me estas mintiendo.
—fueron tres en realidad. —dijo él muy seguro de si mismo.
—¿cómo que tres?—esa noche, esa noche yo te salve.
Estábamos en el auto.
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No hay OPCIÓN (Romance Juvenil)
Novela JuvenilLos libros son el pasatiempo perfecto para Melania Harding , sin embargo con la ayuda de sus dos grandes amigos tendrá que hacer un cambio en su vida y comenzar a vivir su último año de preparatoria, ( ella esconde un secreto) y tiene que ver muchos...