| diez | El golpe de amor

17 2 0
                                    


                                                                         El golpe de amor

Voy directo a casa de Alex, tratando casi de correr, con mi celular en la mano llamando a Mía.

-Dónde están?

-Aún seguimos en casa de Alex

-Estoy terminando de armar el disfraz y solo faltaría algunas puntadas y quedaría listo. 

Tu dónde estás, Mel ?

-Ya estoy cruzando el parque Sanfrencis, no te preocupes. Llegaré en 15 min a casa de Aex. 

Corto la llamada con mi amiga, tratando de acelerar el paso lo mas que pueda, pues el parque me recuerda a los chicos de hace tres meses y el sueño que tuve con esos ojos azules verdosos, el silencio del parque a estas horas me causa un poco de miedo, y el viento que arrastra el silencio es digno de escalofríos. Siento un poco de pánico no poder ir tan rápido como quisiera y no tengo mi bicicleta aún.

Comienzo a correr lo más que pueda y estoy a punto de llegar al final del parque y dejar todo atrás para reunirme con mis amigos.

Pero...

...

Pascal

-Es ella verdad, la chica de esa noche. -Pregunta el chico gordo

-Me parece que si, no lo se. Qué dices tú,  Malldu?- Comienza a preguntar el chico flaco y con pintas de haber tenido un bronceado

-Sí, es ella. Imposible olvidar su rostro de miedo. Vamos tras ella, al parecer me dio ganas de jugar un poco.

Te pasas, pero siendo asi nosotros tambien te seguimos. -risas de los chicos

No se rian fuerte y vayamos de una vez y saludémosle, debemos de ser cortés, no les parece?

-Lo entendemos, vayamos.

...

Pero... siento que corren hacia mi.

-Hola, cómo estas?, no te escapes, queremos hablar contigo.

-Hola linda. -dijo el chico más gordo y se limpia la cara que tenia aun una mancha de mugre.

-Ey, pero solo hablaremos, no debes de huir, ¿qué, te asustamos?-Dice Malldu, mucho más cerca que los otros dos, que de igual forma no les faltaba poco en alcanzarme.

Debía de correr y eso fue lo que hice. Corrí y me meti a una calle por donde no había caminado nunca.

Trate de buscar ayuda y aunque lo tratara, las luces del lugar me impedían visualizar todo.

-No te escapes, no te aremos nada.

-Le diremos que nos acompañe y disfrutaremos de su compañia.

-Shu.... que no te escuche, debe de estar cerca.- dijo uno de ellos

Camine lo mas silencioso que pude hacerlo y me escondi detras de un auto estacionado en una de las casas. Rogaba por que la casa no tenga perros y me decía en mente, porque me demore tanto hoy y si mi bicicleta hubiera estado bien y si no lo hubieran pinchado cuando lo deje en la escuela, no hubiera tenido que pasar por esto.                                                                                                        Mis lagrimas corrian pero no me daba el lujo de echarme a llorar fuerte, me senté en cuclillas y me abrace yo misma. asiendome una bolita, y derramando mis lágrimas asustada, empezando a temblar del frío y creo que más del miedo.

No hay OPCIÓN (Romance Juvenil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora