Sofía Cano tiene muchos amigos, y su lema de vida es nunca mezclar sentimientos con amistad, pero eso cambia por completo cuando Pedri le dice de ser amigos con derechos.
Los sentimientos empiezan a aparecer y ninguno sabe cómo afrontarlos.
¿El am...
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Probablemente muchas dirían que acostarse con alguien como Pedri sería una experiencia inolvidable, si, definitivamente sería inolvidable pasar una noche con él. El tema está en que para mí no fue inolvidable, no porque fuera malo, si no porque no recuerdo ni mu de esa noche.
Lo único que recuerdo de esa noche es que salimos con nuestro grupo de amigos, a una discoteca como le dicen en España. Era mi última salida antes de volver a Argentina, por lo que fue como una especie de despedida.
Nunca tomo más de la cuenta, no me gusta llegar a perder la conciencia, tener todo controlado hasta cuando se supone estoy descansando es mi pasión, mi psicóloga dice que es mi ansiedad, pero para mí es porque soy de virgo, ya saben, los virginianos debemos tener todo controlado.
En fin, esa noche no sé que me pasó, pero fue la primera vez en que perdí completamente la conciencia por culpa del alcohol y una que otra sustancia pero ese es otro punto aparte de mi vida, la cosa es que por más que lo intente no recuerdo nada después del tercer vaso de... Ni se que estaba tomando, conseguí tantas mezclas que ni quedarme con el sabor de una sola bebida pude.
Como decía, no recuerdo nada, solo que al día siguiente a horas de tomar mi avión desperté junto a Pedri, desnuda, en su cama, en su casa, entre sus brazos, y sí, él también estaba desnudo, no fui tan estúpida como para quedarme con la duda, se entiende ¿no?
Ni crean que lo desperté desesperada para saber que había pasado, mi vergüenza no me lo hubiera permitido, de hecho fue ella la que hizo que me levantara de esa cama con la mayor sutileza de todas, tomara mi ropa tirada en el piso y salir de esa casa sin dejar rastros de mi presencia.
Ese mismo día tomé mi vuelo de regreso a mi casa, a mi país con la incertidumbre comiéndome la cabeza.
Pero ojo, el temblor en mis piernas más el leve ardor en mi parte intima me dejaron en claro que la noche anterior había sido muy bien atendida por mi supuesto amigo.
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