CAPÍTULO DIECISIETE

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—Te quiero

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—Te quiero.

Pero que mierda acabo de decir.

A ver, se dice que las personas más honestas son los niños y los borrachos, estos últimos porque al estar en un estado de embriaguez no saben distinguir la verdad de la mentira, aunque no es del todo cierto, porque hay borrachos que ni en ese estado te son sinceros.

También se dice que hay quienes son honestos durante un encuentro sexual, porque el cuerpo se encuentra relajado y sintiendo tanto placer que logra hacerte soltar la lengua, al igual que alcanzar el orgasmo, liberas tantas endorfinas, que se asemeja al estado de embriaguez.

En contexto, uno puede decir la verdad en tres situaciones, cuando sos niño, ebrio o en un acto sexual. El tema en cuestión ahora, es que yo le acabo de decir “te quiero” a Pedri después de alcanzar el orgasmo, tal parece que fue tan liberador y placentero que me soltó la lengua.

Yo lo quiero, sí, obviamente, es mi amigo a pesar de todo, de hecho a Julián le digo que lo amo todo el tiempo y no precisamente con fines románticos, la cosa acá, es que decir esas dos palabras a la persona con la que compartís sentimientos y acabas de coger se puede mal interpretar de muchas formas.

Pestañeo viendo a los ojos de Pedri, él me mira sin expresión en el rostro.

—¿Qué?

Lo miro en silencio, los nervios me cargomen por dentro, y siento que en cualquier momento voy a vomitar el licuado de naranja que me tomé antes.

—Nada. —digo negando con la cabeza rápidamente.

Me aclaro la garganta, y con su ayuda me levanto de encima suyo, siento su líquido empezar a correr hacia abajo, y por más que me estremezco, tengo otras cosas en la cabeza en las cuales pensar.

Mi cuerpo cae pesado en el asiento del copiloto, y arreglo mi ropa interior, sintiendo un poco de frío al quedar expuesta de tal manera.

Pedri se guarda de vuelta en la malla, hace el asiento hacia adelante y antes de arrancar el auto me mira con una media sonrisa.

—¿Estás bien?

—Sip. —asiento sin verlo por estar prendiendo mi pantalón.

—¿Segura? ¿No te has lastima’o? 

—Nah, se me marcó nomás un poco la palanca de cambio. —señalo el costado de mi pierna.

—Marcas de guerra. —bromea.

Me río casi sin ganas a la par suya. Él me mira por última vez y se lo que quiere decir, sé que lo escuchó y decidió hacer como que no para no hacerme sentir mal al no corresponder dicho sentimiento, pero la cosa es que no sé qué hubiera hecho si él respondía con un “yo también”.

♱    ───  𝗦𝗢⅃𝗢  𝖠𝗠𝖨𝗚𝖮͟Ƨ ︖﹖ PEDRI GONZÁLEZ ™ ㅤㅤDonde viven las historias. Descúbrelo ahora