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OCTUBRE

Mover los pies de un lado a otro sobre la camilla de la clínica cubierta de papel pareció calmar los nervios de Juliana. Estaban a mitad de camino del procedimiento de FIV recíproco. Y cada día que pasaba parecía traer su propia emoción e incertidumbre. Después de la exitosa extracción de óvulos de Valentina hace unos días, recibieron la llamada de que algunos habían sido fertilizados y listos para la implantación. Juliana había sido un manojo de nervios desde aquella llamada telefónica.

Y, a juzgar por el paso metódico de Valentina, ella sentía lo mismo. Llevaba puesto un traje médico de un solo uso sobre su ropa y el pelo recogido bajo un gorro médico, al igual que Juliana.

—Vas a tener un ataque al corazón si no te calmas—. Juliana le tendió la mano a Valentina, quien finalmente detuvo su paso. —Mi amor, solo respira conmigo, ¿de acuerdo? Va a estar bien. Esto terminará pronto y luego tendremos un bebé en nueve meses—.

Valentina respiró hondo unas cuantas veces para calmarse. —Lo sé. Tienes razón.—

—Hemos hecho todo lo posible hasta este momento. Ahora tienes que relajarte y tomártelo con calma para no estresarte. Te necesito cuando esté embarazada e indefensa durante los próximos nueve meses—.

—Lo sé —suspiró Valentina. —Solo estoy ansiosa—.

—¿En serio?—, bromeó. —No me lo hubiera imaginado—.

Llamaron a la puerta de la sala de examen cuando Vera entró en la habitación junto con su enfermera, Natalie.

—Hola, chicas. ¿Cómo están ustedes dos hoy?—

—Listo para el siguiente paso del plan Bebé Valdés Carvajal —, respondió Valentina.

—Bueno, la buena noticia es que los óvulos de Valentina se ven muy bien. Hemos elegido los tres mejores de los cuales ya tenemos los embriones, con la esperanza de que uno se pegue. Congelamos los otros por si desean utilizarlos más adelante—.

Vera repasó el procedimiento una vez más con ellas antes de comenzar. Valentina estuvo al lado de Juliana sosteniéndola de la mano durante todo el procedimiento. Cuando Vera se hizo una ecografía para confirmar la colocación, dijo que todo se veía muy bien.

—Y eso es todo, esperemos que en dos semanas tengamos una prueba de embarazo positiva—.

—¡Sí!— Juliana se rió a medias cuando decidió empezar a sollozar, notando eso Valentina se inclinó para besarla.

—Tómate un par de días y descansa. Descansa de verdad—, casi la regañó Vera. —Sé que te has pedido vacaciones, pero no cargues nada pesado por las escaleras ni hagas nada que te pueda cansar—. Su mirada penetrante a Valentina los hizo reír a ambas. —Y solo para aliviar cualquier preocupación, todo esta bien con el procedimiento. Tomate los siguientes dos días de relax para que tu mente y tu cuerpo se relajen. Hemos hecho todo lo que hemos podido con el embrión. Solo concéntrate en ti durante unos días, ¿de acuerdo? Porque una vez que la prueba dé positivo, todo tu mundo se centrará en el bebé—.

Después de algunas instrucciones más y luego programar la próxima cita en dos semanas, Vera y Natalie salieron de la habitación. Juliana volvió a ponerse la ropa y se dirigieron a casa. Valentina daba cada paso despacio mientras ayudaba a Juliana a levantarse como si fuera una anciana. Tenía una mano en la parte baja de la espalda de Juliana mientras sostenía su brazo con la otra.

—Sabes que puedo subir escaleras, ¿verdad?—

—Tienes que tomártelo con calma—.

—Me lo estoy tomando con calma. Estamos subiendo una escalera a la vez—.

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