Los príncipes e İbrahim Paşa ya iban de regreso a Estambul, el aire dentro del carruaje era tenso.- Cuándo el sultán se entere de como nos trataste estoy seguro que te castigará. - Orhan dijo entre dientes mirando con enojo al visir.
İbrahim soltó una risa para después quedarse en total silencio.
- Sí ustedes le dicen sobre esto al sultán, la vida de su madre y hermana estará en peligro, así que decidan lo que quieren. - El Paşa amenazó.
Los príncipes mayores Orhan y Kasim se miraron entre sí asustados.
Algo que nadie sabía es que la sultana Ilknur ya tenía sus días contados.
( . . . )
- Te juro madre, te juro que haré sufrir a İbrahim Paşa. - Hande dijo apretando la mano de su madre.
- Nunca pensé mal de él, Hatice me ha traicionado, por qué no me mandó una carta adviertiendome lo que el sultán quería hacer? - Ilknur lloraba desconsoladamente.
- Sultana, le parece si enviamos una carta a la señorita Gülfem para que ella cuide de sus príncipes? - Ipek preguntó acariciando la espalda de su sultana.
La sultana Ilknur asintió al igual que la joven sultana.
( . . . )
8 meses después.
Abril, 1525.Todo en Topkapi parecía estar tranquilo, los príncipes aunque extrañaban a su madre y hermana tomaban sus lecciones de la mejor manera. Gülfem nuevamente retomo su antiguo título como sultana, puesto qué por pedido de Ilknur y aceptación del sultán ella se hace cargo de los príncipes.
En Diyarbakır no todo estaba bien, la sultana Ilknur en los últimos meses cayó en una profunda depresión olvidando todos sus proyectos que construía en aquella provincia y la ayuda que prometió a su gente.
Hande veía como su madre bajaba de peso rápidamente, sus días eran encerrarse en sus aposentos.
- Madre. - Hande tocó la puerta de los aposentos de la sultana.
No obteniendo ninguna respuesta entró por la fuerza encontrándose a su madre acostada llorando.
- Por favor, déjame sola - Ilknur habló con la poca fuerza que tenía.
- Sultana debe comer algo, me preocupa que se enferme, por favor. - Hande se acercó a su madre sentándose en una esquina de la cama.
Ilknur negó.
- Estoy siendo fuerte solamente por usted sultana, me duele no tener cerca a mis gemelos, prometimos estar juntos y mirame, el sultán me desprecio por ser mujer cuando el tiene nuevamente una. Trato de estar de pie por qué te amo, por qué ahora usted es el pilar que me mantiene viva. Sultana ayúdeme por favor.
Ilknur se levantó de su cama secándose sus lágrimas, levemente sonrió a su hija y la abrazo.
La sultana Ilknur estaba decidida a levantarse por su hija, pues era lo único qué la mantenía ahora.
( . . . )
Semanas después.- Ipek, ¿el carruaje ya está listo? - Ilknur preguntó a su criada.
- Claro sultana, el guardia nos espera para partir. - Respondió la joven.
- Sultana, pensé que ya se había marchado - Nehir Hatun hizo una reverencia a la mayor. - no olvide que debe tomar su medicina.
- Oh por Allah, tienes razón, estoy tan emocionada de atender nuevamente a mi gente que se me olvidó por completo que estoy enferma. - Ilknur soltó una pequeña risa.
Así Nehir entregó a su sultana un vaso con agua y su medicina, Ilknur tomo su medicina de forma rápida ante la mirada orgullosa de la hatun.
Después de meses encerrada Ilknur decidió retomar sus visitas a sus construcciones ya terminadas en Diyarbakır, entre sus obras están dos escuelas coránicas (madrazas) una fuente, un hospital para mujeres y comedores públicos.
Su dinero poco a poco iba acabandose pero a ella solo le importaba ver feliz a su pueblo con el cuál había tomando una relación muy fuerte. Todos la conocían como un ángel.
Su pueblo la amaba, la adoraban como una hija enviada por Allah, rezaban por ella día y noche.
Hande estaba feliz de ver nuevamente a su madre de pie con la esperanza de algún día volver a ver a sus hijos.
Tristemente no todo marchó bien los siguientes meses, la "medicina" qué Nehir Hatun daba a la sultana ya comenzaba a hacer efecto.
Con esto la sultana Ilknur cayó gravemente enferma un 17 de noviembre de 1525.
Partiendo el corazón de Hande y de su pueblo.
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𝐏𝐮𝐳𝐳𝐥𝐞 : 𝐁𝐚𝐥𝐢 𝐁𝐞𝐲
Historical FictionLa felicidad no dura para siempre y Hande lo supo el día en qué su padre exilió a su madre, sin razón alguna. Años después volverá más fuerte para vengar a su madre y a sus hermanos, no importa lo que eso cueste.