|PRÓLOGO| EL INICIO DEL DESASTRE

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Los famosos hermanos Mario estaban felices gozando del desayuno que hicieron hasta que escucharon el timbre de la puerta -no te preocupes Luigi, yo iré a abrir- Mario se limpio los rastro de comida y se limpió las manos mientras se dirigía a la puerta, cuando la abrió vio al profesor Fesor
-!profesor¡ ¡Qué gusto verlo! pase, pase- dijo con alegría el Fontanero de rojo, el anciano científico con su característica risilla paso al interior de la casa

-Perdon muchachos por venir los a molestar su desayuno pero vine para entregarle algo muy importante a Luigi- cuando el chico escuchó su nombre casi se atraganta así que tomó su bebida y se levantó de la mesa

-¡Profesor! que gusto verlo después de mucho tiempo- sonrió de forma amistosa mientras le extendía la mano al Científico

-El gusto es mío, pero no solo vine a saludar, viene para entregarte algo y espero que lo cuides bien- tomaron de nueva cuenta asiento y el profesor de un maletín sacó una especie de libro echo de cuero negro con una hermosa tapa. Se lo extendió a Luigi y este lo examinó, en el título del libro decía:

-¿Álbum fantasmagórico? profesor ¿a que se quiere referir con esto?- el chico se empezó a poner tenso

El profesor algo serio miró a Luigi y con la misma calma hablo -mira muchacho, tu sabes que ya estoy anciano y ya no doy para más como hacía en los viejos tiempos, por eso creo que yo al tener una gran cantidad de seres malignos conmigo puede ser perjudicial, ya que yo por mi edad puedo ser descuidado y esas entidades pudiesen caer en manos indebidas, por eso te hago entrega de ellos, sobre todo con el peor de todos- Luigi abrió el libro y vio a cada fantasma que él mismo había capturado con su información y demás datos, llegó a la parte de los boo's y al inicio estaba el peor de todos

-Boo...- su vista se clavó en el retrato de su archienemigo, el recuerdo de su risa llegó a su cabeza y tiró con algo de fuerza el libro hacia una pared, Luigi empezó a respirar de forma agitada mientras que Mario con preocupación asistió a su hermano, sin embargo el profesor fue a recoger el libro con el miedo de que el retrato se haya salido del libro -por favor otra vez no, no por favor, el no, no, no, no Mario, Mario no me sueltes, Mario no te vayas no te desaparezcas otra vez- estaba histérico y en un ataque de ansiedad por recordar al Ente el cual mucho lo atormento

-Aqui estoy hermanito, no me iré de tu lado, aquí estoy, no nos pasara nada malo, todo estará bien- Mario abrazó a su hermano para calmarlo y después de un rato así fue, Luigi se relajo pero aun seguía preocupado

-Muchacho por favor te lo pido, no se a quien más acudir y ya intente de varias formas pero me da paranoia, se los pido a los dos, cuiden de esto por mi- les volvió a extender el libro y de nueva cuenta Luigi lo tomó y lo reviso con calma, volviendo a llegar a la página donde estaba el Monarca y se le quedo viendo -se que es una gran responsabilidad la que pongo sobre tus hombros pero por favor Luigi- el chico de verde dudo pero suspiro y le dio una sonrisa a Fesor:

-Por supuesto profesor, lo haré-

-Luh ¿estás seguro de hacerte cargo de esa cosa? le podíamos pedir a la princesa que ella resguarde el libro, así mismo como hace con el de paper- Luigi cerró el libro y negó con la cabeza

-Si hermano, estoy seguro, gracias profesor por confiar en mí, le prometo que cuidare el álbum por mi vida- el científico se alivio por la respuesta del héroe de verde

-Y tambien te entrego la Succionaentes- le extendió la aspiradora y Luigi la abrazo al igual que el album -tambien te deje afuera una caja con piezas suficientes y con manuales holográficos que te ayudarán con el mantenimiento y la reparación de la succionaentes-

-Gracias profesor y no se preocupe, yo cuidare muy bien del álbum- Luigi escucho la voz que siempre le reprochaba las cosas "malas" que hacía «por hacerte cargo de cosas que no te corresponde es que te terminas ahogando en el dolor y agonía» hizo una pequeña mueca de molestia, miro la tapa del libro y paso sus manos enguantadas donde tenia el titulo grabado y siguieron la plática como si nada hasta que vieron la hora y el anciano ya se tenía que ir a solucionar otros asuntos, Mario lo acompañó a la puerta y Luigi fue a su habitacion, se sento sobre su cama y luego miro de nueva cuenta la imagen del Rey fantasma, suspiro y con cansancio habló -¿en que me he metido...? el lado bueno es que no puedes manipular nada con tu magia- se acostó en la cama dejando el libro abierto y cerró un momento los ojos pero los abrió de golpe y se levantó cuando escuchó una voz

-Pero puedo hablar ¿sabes? realmente para ser un héroe eres demasiado imbécil y miedoso, maldito bebe llorón de los cojones- tomó el libro y vio como la imagen del Monarca se empezó a mover -puede que ese anciano capullo me haya logrado encerrar aquí pero eso no significa que no pueda seguir haciendo otras cosas, bobalicón de mierda, ¡agh! por eso odio a los humanos sobre todo a ti- Luigi cerró el libro de golpe y empezó a temblar de nuevo escuchó aquella voz amargada y monótona

«Te dije que aceptar cargas ajenas te pondría mal, eso te pasa cuando eres buena gente con personas que no valoran nada de tu salud mental» -cállate, no estoy en condiciones para escucharte... mejor me duermo un poco- cerró los ojos un momento y al instante cayó dormido. Mario asomo por la puerta para ver a su hermano y allí lo vio así que con cuidado entro y lo arropó para que pudiera descansar bien, pero en la cama vio el libro que le había dado Fesor y Mario con curiosidad lo tomó y le dio una rápida ojeada

-eeem, mejor lo guardo en su mesa de noche, no vaya ser que Doggy entre y piense que es un juguete o algo- guardo el libro y volvió a cerrar la puerta, para dejar a su hermano descansar.


























Nota: voy a volver a escribir la historia pero con la misma temática y algunas partes modificadas, luego miro cada cuantos días subiré un capítulo.


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