|Capítulo 8| secuelas del trauma por la energía corrompida

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En un lugar oscuro lleno de neblina y lo cual parecía ser un cementerio, iba vagando aquel chico con ropas verdes y negras, con lo único en manos una pala al igual una linterna de fuego la cual tenía un débil fuego verdoso –espero que Mario haya detenido al jodido fantasma y se haya llevado a Luigi con el, ¡mierda! ojala y espero que Antasma le haya ayudado porque si no, hoy si ya estamos fritos– la llama de la linterna cambió a uno violeta y Mr.L ya sabia que significaba eso –¡¡MIERDA!!– se puso en guardia y logró visualizar a Luigi el cual tenía los ojos inyectados en ese lavanda que tanto odiaba el Mecánico al igual ese humo que salía por la boca del chico

–Te mataré, maldito insolente ¿cómo te atreviste a intentar escapar del Monarca? maldito parásito inservible– pareciendo un animal salvaje, se abalanzó hacia su contraparte la cual utilizó la pala para defenderse

«al parecer Boo se le olvidó tomar en cuenta que su maldición tiene un fallo» se escuchó por todo el cementerio, ambos estaban en la mente de Luigi ninguno podía tomar el control del cuerpo, simplemente podían oír lo que pasaba a fuera y eso que pasaba en pequeños fragmentos del día

–Al menos ya sé que el cuerpo está bien, ahora solo me falta encargarme de ti y la maldición hasta que nos liberen– golpeó a Luigi con la pala y lo empujó a una tumba asimismo lo empezó a enterrar y cuando terminó comenzó a correr lejos de allí –eso te ententrenda un rato mientras yo descanso un momento, puta mierda ¿por qué tuvo qué pasar esto?– se sentó sobre una lápida para poder recuperar el aire y descansar mientras iba planeando una estrategia para retener por más tiempo a Luigi ya que escucho un fuerte grito y ya sabia de quien era –okey Lui, segunda ronda aquí vamos– sujeto con firmeza la pala mientras miraba la linterna y esta se volvió otra vez lavanda viendo parecer al chico a un costado de él, le dio un fuerte golpe con la pala pero el Fontanero con ira la agarró y partió a la mitad –es en serio luigi? ya es la quinta pala que arruinas hoy–

–¡¡TE MATARE MALDITO PARÁSITO!!– se lanzó otra vez contra L quien a duras penas podía con la ira del chico el cual quería matarlo y lo iba hacer a como diera lugar.

Después de examinar al Fontanero con ropas moradas, el profesor fesor no supo qué hacer, ya que eso era más tema de magia que de ciencia, aunque varios de sus análisis muestran las múltiples heridas del pobre chico, varios hematomas; rasguños; mordidas y perforaciones por todo el cuerpo –tiene múltiples heridas, pero con medicamentos harán que sanen rápido– dijo el profesor haciendo entrega de los medicamentos y dando instrucciones de como realizar los cuidados adecuados para Luigi –será mejor que se queden en el castillo, así podré monitorear el avance de Luigi– Fesor sentía una gran culpa por haberle dejado tan grande responsabilidad al menor de los hermanos, se sentía culpable por lo que sucedió y haría lo posible por ayudarlo

–yo también me quedaré aquí para buscar una solución a la maldición y poder liberar al chico– Antasma repudia a los hermanos mario sobre todo al chico de verde pero le debía una, ya que si el chico con comportamiento extraño no hubiese ido con él y dejarle acompañarlo nunca hubiese podido salir por su cuenta de la mansión

–muchas gracias profesor y a ti también Antasma, pero déjenme estar un momento a solas con Luigi, por favor– ambos mencionados salieron de la habitación dejando a los hermanos solos, Mario se acercó al cuerpo de su hermano y empezó a sollozar, Luigi simplemente lo miraba sin expresar ningún sentimiento, Mario se secó las lágrimas y le dio un abrazo al cuerpo de su hermano, el cual no respondió el abrazo –perdóname por haberte descuidado otra vez, si no te hubiera dejado tirado nada de esto estuviera pasando– se sentía culpable por lo que le pasó a su hermanito –por favor Luigi, vuelve.–

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