|Capítulo 21| la maldición del Soberano

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Trevor en más de una vez había invitado a Luigi a salir y se la pasaban fenomenal, charlando; “conociéndose más” y compartiendo historias –me la pase increíble contigo Luigi, si que eres alguien fabuloso– elogió el Boo al Fontanero

–No Trevor, ese es Mario, yo simplemente no lo se… solo soy alguien simple y ya, no soy la gran cosa como mi hermano–

–Claro que no, tu eres fabuloso más fabuloso e increíble que tú hermano, no tienes ni idea de cuántas veces escuchaba a la gente del pueblo hablar de cómo derrotabas a ese Rey despiadado que vive en el Valle, hasta nos enteramos de lo que pasó en un hotel que supuestamente la dueña de él estaba locamente enamorada y obsesionada con ese Monarca fantasma, ¿quién sería capaz de enamorarse de un ser tan ruin como el?– “joder creo que me pase un poco pero igual… no creo a nadie capaz de enamorarse de un ser como yo… y si tú te enamoraste antes tal vez fue por el síndrome de Estocolmo por haberte secuestrado, pero realmente no te creo capaz de enamorarte de mi…”

–Gracias Trevor por tus elogios, pero… te pido una disculpa, pero tengo asuntos pendientes que cumplir, nos mantenemos en contacto ya sabes, cuídate– se despidió del chico y mientras se dirigía a su casa, Mr.L hizo acto de presencia «Luigi, ¿cuántos días más vas a seguir con esta farsa? ya me aburrió verte hacerte el lerdo con el Rey fantasma, ¿cuando lo vas a encarar y le quitarás el álbum y lo volverás a encerrar?» Mr.L estaba aburrido de ver cómo Luigi se hacía el de la vista ciega con el hecho que ese chico era el Rey Boo –vamos L, tu sabes que yo no soy violento como tú, sé que tú quieres encerrar a Boo y burlarte de él, pero solo miralo, parece comportarse como un adolescente nervioso, tímido y amable aunque… casi nos intenta matar en el festival– Luigi se quedó pensativo por un momento mientras recordaba la luz ferviente que tenían los ojos del Rey en aquella noche del festival; L tuvo que llamar la atención de Luigi ya que llevaba más de diez minutos allí de pie pensando «Lui, si sigues allí de pie nunca llegaremos a casa y sabes que Mario se molesta si estamos mucho tiempo afuera» –perdón Lu, solo estaba pensando pero bueno, como te decía– siguió caminando mientras hablaba con el Bandolero.

El Rey Fantasma regresó a la mansión y se dejó caer encima de la cama agotado y sin energías –mantenerte a raya me agota mi energía, deja de joder maldito recuerdo– Trevor se le notaba grandes ojeras del cansancio mientras el recuerdo hacia acto de presencia y molestaba al chico

≺Si dejaras de retenerme no te cansaras pero tú quieres seguir con tu tonto amorío juvenil de los cojones, ya dejad de ser un niñato y comportaos como un jodido Monarca de verdad≻ Trevor soltó un gruñido y chasqueo los dedos haciendo desaparecer al recuerdo

–Déjame en paz, mierda… Necesito algo para reponer energías pero no puedo dormir por qué tú vas a aprovechar para tomar posesión de mi– se rasco la cara con molestia y se levantó para ir a buscar algo en la cocina –nada de lo que hay aquí me bastará… joder tío vaya mierda esta– cerro la nevera con enojo y siguió buscando algo para devorar, abrió más de una alacena y lo único que encontró "decente" fue un pedazo de carne fresca y que aún tenía algo de sangre –¡Ahg! solamente por qué no tengo nada más que regenerar me tendré que conformar con esta mísera– estando así crudo se lo empezó a comer y el sabor de la sangre se le hizo insípida y pútrida

–¿Cómo estuvo tu salida con el chico?– preguntó el Conde entrando a la cocina y viendo a Trevor comiendo la carne cruda –¿Sabes que se disfruta más si está cocida?–

El Boo lo miró con desdén y siguió comiendo –Anta, no me estés hinchando los cojones, solamente quiero algo para reponer energías ya que si sigo así me voy a terminar desmayando– se comió todo de un bocado y se limpio los restos –y me fue bien con el pequeño Océano, aunque estoy empezando a considerar contarle todo lo que pasó–

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