Kim Taehyung es un joven norcoreano que es vendido al sur para ser prostituido durante la guerra en 1950. Se convierte en una famosa cantante llamada "Esmeralda Kim". Una "Mujer" que usa sus encantos y cuerpo para llegar a la cima, y de esa forma po...
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Jungkook respondió al beso de su esposa y la recostó sobre la cama para subir encima de ella, pero en el momento que abrió los ojos, miró el rostro de Esmeralda. Aquella imagen le causó una gran impresión y un gran susto, y de un sobresalto, se levantó de la cama.
—¿Sucedió algo? —lo miró extrañada —.
—No, continuemos con esto y acabemos de una vez —se volvió a recostar sobre ella —.
Jungkook sacó su miembro del pantalón e intentó meterlo, pero no pudo hacerlo ya que este no tenía ninguna reacción al contacto con su esposa.
—¿Te encuentras bien?
—Voy al baño —suspiró profundo y se levantó. —Perdóname, pero hoy no me está funcionando...
Jungkook entró al baño y se miró fijamente en el espejo. Su mente seguía pensando en Esmeralda, pero ahora se encontraba dividido entre ella y Taehyung. Toda esa situación lo tenía frustrado a un punto en que no estaba consiguiendo acostarse con su esposa.
—¿Por qué no me dejas en paz? ¿Por qué?
. . . . . . . . . Jeon Ji Eun salió de su casa por la parte trasera para encontrarse con Yoongi. Cuando lo vio parado junto a un árbol, corrió hacia él y lo abrazó con fuerza.
—Mi amor, te extrañé demasiado.
—También yo, cariño —la besó. —Lamento no haber podido venir antes, pero necesitaba arreglar mi situación.
—Lo sé, amor mío...
—Estás muy hermosa, Ji Eun-ah.
—Tú también estás muy guapo —lo besó —.
—Ji Eun-ah, si quiero quedarme aquí tengo que casarme. No puedo volver al norte, y tampoco puedo estar aquí sin un motivo. Llegué como un comerciante extranjero que busca hacer su vida en la ciudad. Abrí un almacén en el centro, y ahora debo buscar una esposa.
—¿Hablarás con mi padre?
—Lo haré, me presentaré ante él. Haré que confíe en mí y después le pediré tu mano. Me casaré contigo, te lo prometo.
—Confío en ti, Yoongi-yah. Ya no puedo esperar más, ya quiero que estemos juntos —lo abrazó y lo volvió a besar—. . . . . . . . . A la mañana siguiente, Jungkook despertó y miró a su esposa dormir profundamente a su lado. Se levantó en silencio y se arregló para ir al cuartel. Mientras conducía hacia allá, su cabeza seguía pensando en Esmeralda.
—¡Buenos días! —saludó —.
—¡Buenos días, Teniente! El General Manoban quiere verlo en su oficina.
