Capitulo 87

381 40 3
                                    

Emperatriz del Junco

Irina llegó al set sol y a caballo y rápidamente se bajó.

"¿Donde te metiste?" Yo le pregunto curiosa.

"Eso es lo que te pregunto yo a ti. Cuando más te necesitaba no estabas." ella me responde, haciendo puchero. Ay como la amo.

"Güera, ¿qué podría hacer yo? Ustedes estaban los dos en el caballo. Yo no lo podía detener." Yo le digo y las dos caminamos hacia su coche.

"Ya, olvídalo. Lo que importa es que me pude vengar de él por los malos ratos que me hiso pasar." ella me dice con una sonrisa pícara.

"¿Qué le hiciste?" yo pregunto curiosa y con una sonrisa.

"Lo dejé desnudo en medio del bosque." ella me dice y empieza a reírse como una loca. Yo también me río.

"Irina, ¿como le vas a hacer eso?" Yo le digo, intentando sonar responsable.

"Se lo mereció, bebé. Él se lo mereció." ella dice.

"Ey, Irina, ¿donde está mi hermano?" David le pregunta a mi hermana. Nosotras nos volteamos y lo miramos. Dios, me atrae tanto.

"Por ahí, por el bosque. Y lo mejor es que lo encuentres rápido, para que no anochezca." Irina le responde en tono de broma y sigue su camino. David me mira confuso y yo encojo mis hombros. Él me susurra un te amo y yo le muestro un corazón hecho por mis manos.

"¡Empe!" mi hermana me llama.

"¡Voy!" yo respondo y me meto en el coche.

El camino hasta casa fué silencioso, hasta que en un momento miré al cuello de Irina y vi una marca. Una marca de un chupetón.

"¡No!" yo digo de repente, asustándola.

"Ay, Empe ¿Qué pasó?" ella me pregunta preocupada.

"¿Y eso qué tienes en el cuello?" yo le pregunto y ella se pone nerviosa.

"¿Qué cosa?" ella me pregunta.

"Irina, no te hagas. Eso es un chupetón." yo digo, volviendo a sentarme normalmente en mi asiento, cruzando los brazos y mostrando una sonrisa satisfecha.

"Claro que no." ella me miente.

"Claro que sí." yo le insisto.

"Bueno, sí. Sí es. Pero no vayas a pensar cosas que no son." ella intenta explicarse.

"No, si yo no he pensado en nada." yo miento para provocarla.

"Empe..." ella me dice.

"¿Qué?" yo pregunto.

"Lo tuve que engañar para poder desnudarlo pero eso es todo. No he vuelto con él." ella me dice.

"Ya." yo digo. No le creo nada. Me río. "De cualquier manera, eso de dejarlo desnudo fué lo máximo."

"¿Sí, verdad?" ella me pregunta y yo asiento.

Al llegar la casa ya era de noche. Salimos del coche, entramos en casa y subimos hasta el piso de arriba susurrandonos estupideces y no dejábamos de reír. Después nos despedimos y cada una se fué a su cuarto.

Al llegar a mi cuarto, suspiré y no pidía sacarme la sonrisa estupida que tengo en la cara. Me dejé caer en la cama aún sonriendo.

"Ay, David. Te amo tanto." yo digo al vacío y luego empiezo a sonreír muy fuerte y a patear mis pies, como niña chiquita. Ay, David.

-

En el rancho Alcázar
David Gallardo

Yo y Flávio salimos del coche y él se fué corriendo para dentro de la casa. Yo no dejaba de reírme. Yo manejé porque él no estaba ni está en condiciones.

TIERRA DE REYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora