Capitulo 103

283 39 3
                                    

En el hospital
Emperatriz del Junco

Al llegar a Houston Pablo ya nos estaba esperando en el aeropuerto así que fuímos las cuatro, junto con Arturito, hacia el hospital. El viaje de avión fué el peor de mi vida. Las horas pasaban y me sentía cada vez más estresada. Solo quería ver a mi abuelo.

Ya en el hospital nos encaminaron hasta la sala de espera donde mi mamá estaba sentada, con Leonardo a su lado. Ella se veía desconsolada, estaba llorando.

"Mamá." Sofía dice así que la vemos. Ella nos mira, se levanta y viene hacia nosotras mientras caminamos hasta ella y la saludamos con abrazos.

"¿Mamá, como está el abuelo?" yo le pregunto.

"¿Ya mi abuelo está mejor, verdad?" Irina le pregunta tan desesperada como yo.

Mamá le da un beso a Arturito, suspira y nos responde. "Él no está bien. Lamentablemente vamos a tener que prepararnos para lo peor. Los médicos dicen que su cerebro ya no tiene actividad y lo piensan desconectar."

Siento como si un cuchillo se clavara en mi pecho y lloro al pensar en la realidad que nos puede esperar.

"Pero ellos no pueden hacer eso." Andrea dice, no queriendo creer en lo que mamá nos está diciendo. Nos sentamos para poder conversar mejor.

"Yo rampoco quiero que lo hagan pero según escuché es lo que dice la ley y si es así no podemos evitarlo." Mi mamá le responde, tomando a Arturito en brazos.

"Perdóname, yo sí. Yo le voy a pedir a un juez que nos de más tiempo ¿okay? Yo voy a ir adonde sea pero yo no voy a permitir que le hagan esto a mi abuelo." Sofía le dice a mamá, quien asiente.

"Yo tampoco voy a renunciar a mi abuelo, mamá." Irina dice llorando.

"Ni siquiera pudimos despedirnos por estar lejos." yo digo, sollozando.

"Yo no puedo perder a mi abuelo, mamá." Irina llora y nosotras la consolamos.

"La muerte es un hecho natural. Tenemos que aceptarlo." Leonardo dice, quebrando el silencio. Hace tanto tiempo que no escucho su voz y aún así me sigue dando es mismo asco. Lo miro mal, lágrimas cayendo de mis ojos mientras él fija su mirada en mi, desafiándome. Si estuvieramos solos probablemente me diría lo feliz que se siente, y lo mucho que adora vernos sufrir.

"Queremos verlo." Sofía le dice a mamá.

Mamá asiente, levantandose para llamar al médico. Momentos después nos dejan entrar a verlo y lo que siento cuando lo veo acostado en esa cama de hospital es indescriptible.

Está lleno de tubos y se ve muy frágil. Su piel caracteristicamente morena se ve pálida y su figura se ve muy débil.

"Abuelo, soy Sofía." Mi hermana mayor le dice suavemente mientras yo le agarro una mano. "Los doctores dicen que... que ya no hay nada que se pueda hacer y que ya te perdimos pero tú nos enseñaste a soñar."

"A soñar en lo imposible y a luchar hasta la muerte por lo que uno ama." yo digo, completando la frase de Sofía. "Nosotras te amamos, abuelo."

Mi voz se quiebra al final de la frase y Andrea me abraza.

"Así es, abuelo, nosotras te amamos con todo nuestro corazón." Andrea dice sollozando.

"Abuelo, ¿cuantas veces nos arrollaste y jugaste con nosotras?" Irina dice llorando, acariando el brazo del abuelo. Yo aún tengo mi mano en la suya. "¿Cuantas veces fuiste un alivio para nuestras penas? Por favor no te vayas, porque si tú regresas yo te prometo que no me voy a ir nunca más, y Sofía, Empe y Andrea tampoco. Vamos a estar aquí, aquí bien cerquita de ti."

TIERRA DE REYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora