Capitulo 100

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La mañana siguiente
En el rancho Alcázar
David Gallardo

Mis hermanos y yo pasamos la noche en el rancho para seguir apoyando a Samuel y ahora nos encontrábamos a camino del comedor para desayunar. La mesa ya estaba lista, solo faltábamos nosotros y la comida.

Nos quedamos en silencio mirando a Samuel quien se ve muy desanimado. "Hoy es el primer día sin mi esposa y no saben lo cuanto que me ha ayudado el que estén aquí. Así que les quiero pedir que a partir de hoy se vengan a vivir al rancho."

Yo y Flavio nos miramos, sonriendo suavemente.

"Eso es una buena idea." Flavio responde.

"Sí. Yo creo que es bueno que estemos juntos." Yo agrego.

"De ninguna manera, ¿como se les ocurre?" Arturo nos dice a los dos.

"¿Y porqué no? ¿Qué tiene de malo, carnal?" yo pregunto.

"Yo seguiré llevando la misma vida de antes, la que que puedo proporcionar con mi esfuerzo y con mi trabajo." Arturo nos dice.

"Pero eso está bien, Arturo, lo puedes seguir haciendo pero bueno, acuérdate que Beatriz te encargó el rancho y yo creo que lo puedes cuidar mejor si estás aquí." Samuel le dice a nuestro hermano mayor.

"Y le cumpliré la promesa que le hice. Haré de esre rancho una tierra próspera pero desde mi puesto de administrador." Arturo insiste.

"A ver, carnal, yo no entiendo qué tiene de malo. Ahora el rancho es de Samuel y quiere compartirlo con nosotros. Es bueno que estemos juntos." Flávio intenta convencerlo.

"No quiero malas interpretaciones." Arturo nos dice. "La genta ya comenzó a decir estupideces sobre ti, Samuel, y si nos quedamos aquí va a ser peor."

"Buenos días," Soledad dice entrando al comedor, "Samuel, ¿ya puedo servir el desayuno?"

"Sí, por favor pero tú no porque a partir de hoy ya no trabajas en esta casa." Samuel le dice a Soledad, quien lo mira confundida.

"¿Como, Samuel? ¿Tú quieres que me vaya de esta casa?" Soledad le pregunta bastante apenada.

"A partir de hoy quiero que seas la señora de la casa, Soledad." Samuel le responde con una sonrisa.

"¿Como? Ay, no. Ay, Samuel, de verdad yo no puedo." Soledad dice, sonriendo un poco y acercandose a mu hermano, tomando sus manos en las suyas.

"Sí, Soledad, sí puedes. Y no solo porque así hubiera querido mi Beatriz, sino porque te lo has ganado." Samuel le dice. "Has sido como una mamá para nosotros."

"Nadie merece más ese puesto que tú, Soledad." yo digo y ella se voltea para mirarme con una pequeña sonrisa. Luego su sonrisa se esfuma.

"¿Qué pasa?" Arturo le pregunta.

"¿Dije algo que te molestó?" Samuel le pregunta.

"¿No te gustó la propuesta de mi hermano? Digo, hasta yo la aceptaría." Flávio también pregunta.

"No es eso, es que yo nunca me imaginé que ustedes me vieran así." Soledad nos dice.

"¿Así como?" Arturo pregunta.

"Pues como a una madre, m'ijo." Soledad responde.

"La vida nos quitó la nuestra pero te puso a ti en nuestro camino." Arturo dice, envolviéndola en sus brazos. "Y si alguien merece ocupar ese puesto eres tú."

Soledad suspira. "Ay, Dios."

"¿Nos acompaña en la mesa, señora?" Yo le pregunto sonriendo.

Ella me sonríe y yo la ayudo a sentarse en su silla, besándole la frente en seguida. Mis hermanos hacen lo mismo y nos sentamos para desayunar con ella.

TIERRA DE REYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora