4-Descubiertos

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Cedric hubiera pensando que su encuentro no tendría fallas, si no fuera porque nada más pisar el interior de Mándame Puddifoot, se encontró con James sentado en una mesa, cabeza baja y aparentemente avergonzado, todo eso justo al lado de un muy enojado Orión, el hombre al verle le hizo una seña para que se acercará, su ceño fruncido no avecinaba nada bueno, sin embargo el rubio asumió responsabilidad y se dejó caer en la única otra silla disponible. A diferencia de sus atuendos ligeros y bohemios de antaño, está vez el mayor llevaba un traje de color vinotinto, también había recogido su largo cabello negro en una cola alta, además de que se había afeitado, en retrospectiva no se parecía a la imagen que Cedric recordaba, sin embargo sabía que se traba de la misma persona.

El hombre se cruzó de brazos y los miro a ambos, parecía meditar sus próximas palabras—Quiero que me expliques James la razón por la que Diggory ha venido a verte a este…—Hizo una deman con la mano para abarcar todo el lugar—¿Salon de te?

El chico se removió incómodo en su asiento, dió un vistazo hacia su padre y luego hacia el rubio—Papa lo siento yo…

—No, no, no, no, no…—El pelinegro nego con suavidad—Quiero saber si mis conclusiones son correctas James.

Para ese punto Cedric decidio intervenir—Solo veníamos a comer pastel, nada más, considero a James mi amigo y no quería perder el contactó por una estúpida visión—El chico tomo la mano del moreno y le sonrió cuando un par de ojos verdes le miraron con gratitud—De verdad te considero mi amigo.

Orión fruncio el ceño en dirección a su hijo—¿Es cierto?

—Si—El chico suspiró—Se que no querías que volviera a ver a Cedric, pero me agrada, incluso dijo que no le asustaba mi don…

El rubio asintio—No lo hace, es impresionante ciertamente, pero no me da miedo, tampoco me incomoda, no planeó dejar de lado nuestro amistad o mis ganas de seguir aprendiendo de ustedes por eso.

—Demasido Hufflepuff para mí…—El mayor sonrió con suavidad—Por un momento pensé que tendrian una cita.

—¿Cita?—James miro a su padre confundido—¿Que te hace pensar eso?

—Tomaste una ducha está mañana, incluso te péinaste y luego entraste aquí, este lugar rosa y dónde las parejas vienen a tener citas y sesiones de besos—Orion señaló a una mesa donde una pareja llevaba acabo tal actividad—Y Cedric no es nada feo.

El chico se sonrojo en respuesta—Eh…yo…bueno…

—No es eso—El moreno nego con furia, parecía realmente avergonzado de las conclusiones a las que había llegado su padre—Solo pensé que era el tipo de lugar donde no estarían sus amigos, que pasaríamos desapercibidos.

Cedric suspiró—En efecto, solo aquellos demasiado enamorados se dejan arrastrar a un lugar como este…y estando así de perdido apenas prestas atención a tu entorno.

Orión soltó una risita divertida—Bueno, entonces no tengo que preocuparte por ti cachorro—Puso una mano sobre el cabello del moreno y trato de aplacar un par de mechones rebeldes—Vuelve a casa cuando acabes aquí—Luego se giró hacía el otro chico con una expresión sería—Eres bienvenido de vuelta Cedric, confiaremos en ti.

Ambos vieron al hombre levantarse de la mesa y abandonar el lugar, ninguno de los chicos hablo hasta que realmente sintieron que estaban lo suficientemente solos, como si el ambiente se hubiera vuelto ligero pero no soportable. Cedric dejo el pastel de calabaza sobre la mesa y espero paciente a qué James lo tomara, en cuanto vio al chico comer supo que era momento de tener su propia conversacion.

—Tu padre…—Hizo una pausa revaluando si en verdad debía preguntar—Se ve diferentes hoy.

El moreno asintió—Suele arreglarse cuando tiene que volver a la civilización, como si fuera una nueva persona.

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