Los días pasaron tan rápido que en realidad Cedric apenas podía recordar todas las cosas que había hecho, entre su madre y Bella le mantuvieron ocupado en un sin fin de actividades, desde el zoológico de Central Park, hasta fiestas nocturnas en los clubes del Bronx, pesca en la isla de la estatua de la Libertad, visitas a la biblioteca pública mágica más grande del mundo, una obra en Broadway mágico, y una pequeña visita al ministerio en compañía de su amiga vampiresa, eso último porque un auror había creído que estaba apunto de moderlo cuando en realidad la chica solo quería asustarlo, el rubio había descubierto días antes que su cara abquiria una expresión muy terrorífica cuando iba a comer, y la chica había agarrado la manía de asustarlo cuando podía, así que el auror en realidad no estaba del todo mal.
Su padre que estaba enterado a medias de todo le aconsejaría en sua cartas bajar el ritmo de actividad, se encontraba algo preocupado por el y su afán de explorar New York con su nueva, y no muy aceptada, amiga, había tenido una ligera discusión por correo con el mayor por el asunto de Bella, según su padre los vampiros no eran de fiar, su concepto de la existencia se alteraba por la transformación y veían a los magos solo como insectos entretenidos, a Cedric en realidad no le importaba si su nueva amiga estaba un poco loca, la quería de todas formas, porque en realidad era el tipo de persona que iba a visitarlo todas las noches durante una semana para ver si estaba bien, del tipo que ayudo a su madre con un amante molesto cuando esté se presentó un día reclamando algúna estupidez, del tipo que lo sacaba a lugares con música fuerte y lo hacía bailar hasta que los pies le dolían, y por supuesto, del tipo que cuando había luna llena lloraba sobre su hombro llamando a su maestro, se habían hecho demasido cercanos, ahora eran casi familia.
—¡Hey Sol!
El rubio se giró sobre si mismo y devolvió el saludo con una ligera sonrisa—Buenos días Bella.
La chica se paró a su lado y miro la fila por delante con un ligero ceño fruncido—¿Y esto?
—Es el mejor pan de New York, mamá se volvió adicta desde la primera vez, así que voy a conseguirle algunos rellenos de queso para el desayuno—Cedric se alzó de hombros restándole importancia.
—Que buen hijo eres—Bella asintió con una pequeña mueca antes de agregar—¿Oye la semana que viene no vuelves a Hogwarts?
El chico bajo la vista con cierta tristeza, sus vacaciones terminaban y debía enfrentar su realidad en casa—Si, papá ha estado escribiendo respecto a la última prueba del torneo, sobre que es mi oportunidad dorado o algo así.
La fila avanzó algunos pasos, Bella se colo justo al frente, con el ceño fruncido y las manos en las caderas—Si tanto te molesta pierde, nadie te obliga a ser un campeón absoluto.
—Es lo que esperan de mi.
Esa fue la última conversacion que tuvo con Bella, esa última semana estuvo con su madre, aprovechando cada segundo, sabiendo que no la volvería a ver hasta las vacaciones de verano. Había sido su mayor apoyo con respecto a lo de James, no fue fácil contarle la historia, ni como había participado en el secuestro de Peter Petegriew, pero Liberia lo escucho en silencio, lo abrazó cuando fue necesario y secó sus lágrimas con dedos suaves, fue paciente cada vez que Cedric maldijo al moreno, y rieron justos cuando le explicó lo mucho que quería ser un nómada, era su madre y lo amaba sin restricciones, por eso esa última semana la pasaron juntos, disfrutando de la simple compañía que podían darse antes de volver.
—Cariño…—La mujer se acomodó en el sofá y miro al chico con seriedad—Cedric si en algún momento te sientes abrumado, puedes venir aquí, yo pagaré el viaje en trasladador, incluso le escribiré a tu padre, no tienes porqué lidiar con todo tu solo.
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Nómadas
FanfictionCedric conoce repentinamente a un chico extraño y su padre, ambos pertenecen a una comunidad mágica diferente, los nómadas, lo que no sospecha el Hufflepuff es que la historia es más compleja de lo que el puede imaginar. Salvará su vida, encontrará...