7-El baile de los campeones

7 1 0
                                    

—¿Quieres ir conmigo al baile de los campeones?

Cedric desvío la vista con incomodidad y se froto las manos con nerviosismo—Ya tengo pareja Cho, lo siento.

La chica nego con suavidad, era obvio que se encontraba decepcionada—Esta bien, no pasa nada, es solo que pensé que aún no tenías a nadie con quien ir.

—Es solo que ella no es de Hogwarts…

—¡Oh claro!—La pelinegra se alzó de hombros con una sonrisa incomoda—¿Durmstrang?¿Beaxbatons? No olvídalo, no importa, espero que se diviertan.

Después de esa incomoda conversacion sintió que la chica le estaba evitando, no era tan obvia, solía saludarlo en los pasillos y conversaban algunas cosas en clases, pero se mantenía orbitando en sus propios amigos de Ravenclaw, cuando hace tan solo un mes parecía formar parte del grupo de Hannah, Elías y él, aunque en realidad los otros Hufflepuff parecían ignorar la situación, como si les fuera indiferente. 

El baile de los campeones llegó casi como una bofetada, las chicas parecían aún más emocionadas, y ese mismo día los profesores cancelaron las clases de la tarde para permitirles a todos prepararse con tiempo, Cedric casi corrió a su habitación después de pociones, tenía que tomarse un ducha y sabía que los baños estarían a reventar, su conclusión no fue equivocada. El dormitorio parecía un zona de guerra, ropa elegante por todos lados, zapatos, perfumes, peines y afeitadoras, Elías acaba de salir del baño y casi al instante fue empujado para que se apartará, la fila estaba algo larga y todos querían su turno, el rubio tomo cada cosa que podría necesitar, su ropa y dándole una palmada amistosa a su amigo salió de nuevo de Hufflepuff, si tenía que ducharse en el baño de Mirtle la llorona, haría el sacrificio con tal de estar listo para la seis.

En su carrera de unos baños medianamente desocupados se topo con el único profesor que no parecía disfrutar de ninguna festividad, Snape, que lo paro en seco y frunció el ceño ante su respiración agitada.

—5 puntos menos para Hufflepuff por correr en los pasillos señor Diggory.

Cedric hizo una mueca—Entendido profesor.

El pelinegro suspiró con cierto cansancio—¿No se supone que debería estar arreglándose para el baile de apertura?

—Los baños en Hufflepuff son un desastre, estoy buscando un lugar más tranquilo.

Snape rodó los ojos—Use el baño de prefectos, probablemente la mayoría de sus compañeros ignoraron que el espacio está disponible.

Cedric casi podría besar al jefe de Slytherin, casi, no estaba tan agradecido, pero en cuanto el hombre desaparecio en la esquina, salió corriendo hacia los baños, dijo la contraseña y se encontró con que estaba vacío, ni un alma, así que desvistió para tomar una ducha rápida, lavo su pelo y se aseguró poner perfume en casi todo su cuerpo, para un evento de esa índole en realidad debía verse bien, un poco más que solo un chico guapo. El traje le quedaba bastante bien, había sido problemático anudar el corbatín pero están seguro que el resultado no estaba tan mal, con eso en mente se dió un último vistazo al espejo, asegurándose que estaba bien peinado, antes de abandonar el baño.

Mientras bajaba las escaleras a la entrada principal se encontró con un par de chicos de su casa, les pidió amablemente llevar su uniforme con Elías y estos asintieron encantados de que el campeón les pidiera algo, una pequeña ventaja al parecer de toda aquella mala pasada. Cuando llegó a la entrada principal se encontró con McGonagall, la profesora llevaba tunicas de gala en color negro bastante elegante, el tipo de cosas que solo podrían usarse en ocasiones como esas.

—¿Listo señor Diggory?

El chico asintió—Si.

La mujer frunció el seño suavemente antes de apuntarle con su varita, el rubio sintió que el nudo de su corbatín se aflojaba y luego se reajustaba, estaba seguro que la profesora había logrado armarlo adecuadamente, así que sonrió.

Nómadas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora