Nómadas

8-Gryffindor

El recorrido por el gran comedor fue un poco agobiante, muchas personas querían saludarles, tanto a él como James, el interés general parecía oscilar entre ambos, cosa que les dificultó un poco escabullirse hasta la salida, al principio fingieron estar buscando algún lugar más privado, los alumnos alrededor tendrían que creer que Cedric Diggory y su pareja querían tener una sección de besos en privado. Cuando comenzaron alejarse del ruido fue que el rubio supo que era momento de avanzar, tomo al otro de la mano y empezó su travesía por el castillo, subiendo escalones, cruzando pasillos, hasta que estuvieron frente al cuadro de la señora Gorda.

—¿Es aquí?

Cedric asintió—Aquí —Se adelantó un par de pasos llamando la atención de la mujer antes de decir—Dulces sueños.

—¡Oh querido!—La mujer dió un salto en su sitio y aparto su cuadro dejándole entrar—Adelante.

El chico se deslizó primero y luego ayudo a James, la sala común de Gryffindor portaba sus colores con orgullo, en tapetes, sillones, mantas, muebles, en realidad en todo aquello que perteneciera de alguna forma al lugar, ambos se permitieron mirar alrededor un par de segundos antes de avanzar.

—Las habitaciones deben estar subiendo las escaleras—El moreno sonrió—¿Dijiste que en el tercer año se encuentra Ron Weasley cierto? 

El otro asintió—Correcto, aunque tú deberías buscar en la habitación de las niñas de segundo, quizás la rata este con su hermana.

—Nos vemos aquí abajo en cinco minutos.

Se separaron por las escaleras directo a sus objetivos, Cedric encontró el mismo desorden en el dormitorio de chicos que podría haber estado en el suyo propio, no era muy diferente a las habitaciones de Hufflepuff, aquí las cortinas de las camas eran rojas. Saco su varita e invocó con un accio a la rata, uno de los baules cercanos a las ventanas se abrió con un chasquido y una bola gris salió disparada hacia su mano, el animal chillo aterrorizado antes de intentar morderle los dedos.

—¡Calma! No voy hacerte daño...—Cedric la depósito en uno de los bolsillos del traje antes de girarse para volver.

Abajo se encontró con James, aunque esté no estaba solo, un grupo de tres niñas, una de ellas Ginerva Weasley, le hacían preguntas sobre el baile de forma emocionada, en ese momento fue que recordó que los primeros y segundos años habían sido demasido jóvenes para ser invitados a la celebración, probablemente James se había topado con las chicas en el dormitorio. El rubio se escondió detrás de algunos pilares para espiar la conversación, necesitaba darle una señal a su compañero para que pudieran huir, tenía a la rata pero está podría escaparse si se sentía amenazada de alguna forma, y la jaula donde sería atrapada estaba en posición del moreno.

—¿Dónde estudias?¿Durmstrang?¿Beaxbatons?—Una niñas se adelantó con curiosidad—Nunca te hemos visto en Hogwarts.

—Ilvermoeny—James se alzó de hombros—Vine aquí como invitada, mi novio me pidió que lo acompañará al baile de los campeones.

Cedric abrió los ojos sorprendido, era probablemente la mejor escusa que se le había ocurrido al moreno, lo único problemático sería que de ahora en adelante todo Hogwarts sabría que estaban juntos, técnicamente Harriet no era real, pero tendría a muchos interesados preguntando sobre su relación con una americana.

—¿Quien es tu novio? Pertenece a alguna de las otras escuelas o es de Hogwarts?—Ginny Weasley pregunto casi de manera tímida.

—Hogwarts, su nombre es Cedric Diggory, su campeón.

Las niñas soltaron chillidos emocionados.

—¿De verdad?

—¿Cómo se conocieron?