17-Encuentros cruzados

6 1 0
                                    


—Voy a quedarme en cabeza de puerco, quiero estar presente para tu última prueba—Liberia señaló brevemente la pequeña maleta que había traído consigo.

—Ni me lo recuerdes…Todos han estado demasiado excitados por el fin del torneo.

Amos se adelantó con una sonrisa efusiva—¡Por supuesto Cedric! Se definirá el campeón más acto por sobre las demás escuelas, es tu oportunidad de demostrarle a todos los grandioso que eres.

El chico hizo una mueca, en realidad quería huir de toda aquella energía aplastante que lo empujaba a ser el campeón, en un principio se negaba a participar y ahora la necesidad de medio Hogwarts de que ganará le parecía simplemente hipócrita, era un concurso entre escuelas en los que cada director quería probar su superioridad, desde hace demasido tiempo. Cedric iba acompañando a sus padres en un breve recorrido por Hogwarts, era obvio que su paso les traía recuerdos de antaño, de sus propios momentos como estudiantes, Liberia incluso se permitió bromear con un viejo retrato, haciendo una cara graciosa que le saco una sonrisa, estaban a punto de llegar al gran comedor cuando se toparon con una escena por demás curiosa, en uno de los amplios rellenados, el profesor Lupin hacia flotar a un gran perro negro por sobre su cabeza, al mismo tiempo que retenía a Draco Malfoy contra una pared mientras repartía un sermón entre el rubio y otros dos chicos.

—Creo que debemos tomar otro camino…—Amos obviamente prefería evitar inmiscuirse.

Su madre por otro lado se lanzó en defensa de la serpiente, y es que Liberia al pertenecer a la casa de Slytherin tenía un pequeña debilidad por todo los que llevarán el uniforme, pues sabía del creciente y nada disimulado favoritismo que se le tenía a las otras casas por sobre la suya. La mujer apartó la mano de Lupín del rubio con delicadeza, asegurándose de entender el altercado por completo, ya que podía estar en contra del contacto físico entre profesor y alumno, pero no de los castigos justos, sabía que en realidad muchos de los niños en su casa eran especialmente buenos manipulando las situación a su favor a la hora de cometer una travesura.

—¿Estás bien?—La mujer le acomodo la corbata al rubio mientras utilizaba su propio cuerpo como escudó ante el profesor de DCAO.

—Si yo…

Lupin si embargo inclinó la cabeza hacia un lado confundido, luego simplemente anonadado—¿Liberia? ¿Eres tu?

Su madre se giro hacia el otro e hizo una mueca de desagrado, Cedric conocía la conocía lo audiencia para saber que en realidad habia algo muy malo detrás de la animosidad hacia el profesor más querido de Hogwarts, como si fuera poco el perro flotante sobre sus cabezas se alzó en todo su tamaño, se retorció sobre si mismo transformándose en un hombre, el rubio reconoció aquellas formas en cuanto estubieron claras, Orión, mejor conocido por todos como Sirius Black, el pelinegro hizo un movimiento hacia abajo que asemejaba el de un nadador en las profundidades del lago, parecía querer tocar el suelo, o por lo menos volver a el, el profesor Lupin agitó su varita y le dejó caer de lleno, con un suspiró cansado que no pasó desapercibido para nadie.

Librería dió un paso atrás, alejándose con cierto asco de la figura de Orión—¿Aún siguen molestando a los Slytherins?

El hombre se llevo una mano a la cadera mientras le dirigía una mirada llena de reproche al otro por dejarle caer con tal brusquedad, sin embargo al escuchar las palabras de su madre se giro con profunda indignación—¡Por supuesto que no! El mocoso de Malfoy hacía algunos comentarios bastante racistas sobre nuestro compañero de vieja.

El chico se encontró un poco sobre su sitio al ser el centro de atención—Solo dije que los vampiros no podían rondar Hogwarts sin supervisión.

Ese fue el momento en que Cedric noto quienes eran los otros dos chicos implicados en el altercado, fue como un balde de agua fría ver de nuevo a James, tenía el cabello un poco más largo, lo sufriente para llevarlo atado por debajo de la nuca, al mismo tiempo llevaba ropa ligera de estilo muggle, hubiera reparado por siempre en esta imagen si en realidad no fuera por su acompañante, Cedric se aterrorizó al comprobar que el vampiro del que hablaban era un copia casi idéntica de si mismo, un poco más alto, con el cabello de un rubio más oscuro, mucho más pálido y con ojos de color dorado, el ser había fijado la vista en él con extraña atención, pero en silencio, igual que James llevaba ropa de estilo muggle, aunque más formal y en tonos oscuros. No pasó demasido tiempo cuando Liberia y el propio Amos repararon en el parecido sobrenatural de aquel vampiro con su hijo adolescente, sus reacciones fuera desde la sorpresa, el susto, hasta la diversión, sin embargo no pudieron decir palabras, como si aquel ser les hubiera robado todo control sobre su cuerpo.

Nómadas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora