¡Oliver me estaba besando! Parecía ser un sueño, pero era real. Llevé mis brazos alrededor de su cuello, correspondiendo aquel beso que tanto había deseado. Él colocó una de sus manos en mi cintura mientras que con la otra acariciaba mi mejilla, no recordaba que besara tan bien, de hecho, nunca me habían besado así. El beso empezó siendo lento y pausado, pero poco a poco fue subiendo la intensidad cuando su lengua no tardó en entrar a mi boca en busca de la mía, la cual encontró en seguida. Me guio hasta la cama, tumbándome en ella y él sobre mí. Abrí las piernas para que se colocara entre ellas y así hizo. Lo miré y él me miró, ambos sonreímos y nos volvimos a besar. La habitación se iluminó varias veces por los fuegos artificiales, dentro de mí también explotaban mi propios fuegos artificiales.
No sé cuánto tiempo estuvimos besándonos sin parar, pero hubo un momento en el que paramos, Oliver estaba tumbado a mi lado, mirándome, de vez en cuando me daba un beso corto o simplemente me acariciaba la mejilla, el brazo o mi cadera que estaba un poco al descubierto.
–Debería marcharme.-Susurró agarrando mi mano.
–¿Por qué no te quedas?.
—¿Y pasar la noche contigo? No creo que pueda mantener mis manos quietas, Sofía.
Sentí mis mejillas arder tras esa confesión.
—Quizás yo tampoco.-No podía creer lo que acababa de decir, pero lo había dicho.
—No me refiero en plan, solo besarnos.
—Ni yo tampoco.
Sus ojos se oscurecieron cuando lo dije, claro que sabía a lo que se refería.
—No quiero que sea así.-Aclaró incorporándose de la cama, a lo cual yo también lo imité.-tenemos que hablar de lo que acaba de pasar y...
—Oliver.-Agarré su mentón obligándolo a que me mirase.- mañana podemos hablar de mil cosas. Ahora quiero estar contigo.-Me puse a horcajadas encima de él.-pero si prefieres irte, no te lo impediré.
—Eres mala.
Volvió a besarme, esta vez no dudo en dejar su lengua en su boca, fue un beso intenso y más húmedo que los anteriores. Esta vez sentí que me evadía un calor procedente de mi entrepierna, provocada por la dureza que estaba sintiendo por su parte más el beso. No tardó en darme la vuelta para quedar encima y apretó esa dureza en mí para que lo sintiera.
—Joder, Sofía. Esto es lo que provocas en mi.-Volvió a apretar su dureza y no pude evitar que se me escapara un gemido, nunca había tenido uno por estas circunstancias.- pero no te haré nada hasta que no estes lista y no solo por el éxtasis del momento.
Quise protestar, pero la puerta de mi habitación sonó. Menos mal que cerramos con pestillo después de tumbarnos en la cama, aunque tardamos un rato en darnos cuenta. Indique a Oliver con la cabeza que se escondiera en el baño. Volvieron a llamar y cuando me aseguré que estaba escondido me levanté y me dirigí a la puerta para abrirla, encontrándome a Alexis.
—¿Estabas dormida?.-Preguntó mirándome de arriba abajo.-estas toda despeinada.
Me miré al espejo que tenía en la entrada, tenía razón tenía el pelo alborotado. Intenté arreglarme un poco.
—Me dolía la cabeza.-Mentí invitándola a entrar.
Ella entró yendo directamente a la cama, yo por mi parte cerré la puerta, pero me quedé apoyada en esta mirándola desde esta posición.
—He estado pensando.-Comenzó al cabo de unos segundos en silencio.-en lo que el señor Rowelling dijo esta mañana. Y tiene razón, he sido una estúpida niñata con el comportamiento que tuve cuando Noah te beso, por eso quiero pedirte disculpas.
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Tú fuiste mi amor de verano
Teen FictionPasas un maravilloso verano en un campamento en Estados Unidos para mejorar tu inglés. Te enamoras de un chico y tienes el mejor amor de verano que nunca tendrás pero... todo tiene un final, el verano siempre se termina. Tres años después decides vo...