"Yo ya te pertenezco"

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- Hola – saludo Rocio - Estas muy bonita – halagó a la rubia que simplemente llevaba puesto un pantalón ajustado negro acompañado con una playera del mismo color y su pelo suelto completamente lizo.

-Rocio – tomó su mano y la beso – Si algún día dejo de sonreír, por favor recuérdame este momento. Al lado tuyo los demás somos simples espectadores de tu belleza – Subió su cabeza y se encontró con los ojos más hermosos que alguna vez puedan existir. Rocio se ruborizaba ante las palabras de Rivers pero en ningún momento rompió la conexión visual.

-¿Te hicieron sufrir mucho? Se lo pesados que pueden ser cuando quieren - pregunto la fotógrafa que al parecer estaba al tanto de la hostigación que iba a sufrir la rubia.

-¿Tu sabias? – La castaña asintió – Oye, pudiste haberme avisado que un comité me iba a estar esperando preferiría tirarme a un pozo lleno de estrellas de reality que volver a pasar por lo mismo. Por cierto tu hija a heredado tu mirada asesina – Le dijo en voz baja a Rocio  mirando de reojo a la castaña pequeña.

-Bueno al menos algo de mi hay en ella, últimamente es toda una mini tu. Por cierto tienes prohibido seguir enseñándole a conquistar chicas – por fin lo dijo.

-¿Prohibido? Pero si yo no le enseño, la niña tiene un don nato, caen rendidas a sus pies. Yo sólo soy como el profesor Xavier de los X-men, sólo entreno su talento.

-Si solo la entrenas entonces supongo que "Rivers dice que debemos ayudar a damiselas en peligro" es parte del entrenamiento ¿cierto? – pregunto Rocio alzando su famosa cejada.

-Al parecer la parte de no le digas a tu madre lo que yo dije no la capta muy bien todavía – se defendió la rubia mirando a su hija que se escondió detrás de sus abuelos.

-Y el jueguito de ponerle puntos a las mujeres... ¿Lo inventó Emma también? – Era Vicky la que esta vez se metía en la conversación. La venganza del 9 se hacía presente. La castaña se ganó una mirada de "si te agarro te mato" por parte de la deportista – Ehhh...

-Uy alguien se acaba de ganar un 8 – Comentó Filis

-A propósito – interrumpió Rocio – ¿Por qué yo no tengo puntaje? - la curiosidad mató a Lord Tugbigton.

-Emma ven aquí – Rivers llamó a su hija cariñosamente esquivando la pregunta de la castaña. Que esta niña no sabe cuando cerrar la boca.

-No mami mejor me voy a dormir que ya se me pasó la hora permitida, ¿cierto mamá? – Emma no iba a caer en las garras de su madre.

-Si mejor ve a dormir pequeña cobarde – le dijo Rocio a su hija – Y no creas que tú te vas a escapar de la respuesta, sea como sea me vas a decir mi puntaje – presionó a la rubia.

-¿Sea como sea? Mmmm eso me gusta – insinuó Rivers sin darse cuenta que todavía estaba rodeada de gente.

-Hija si no quieres que tu padre vuelva a interrogar a Samantha será mejor que se vayan – apuró Liz al ver la cara de su marido ante este último comentario de la rubia.

-Si creo que es mejor que nos vayamos – Anunció Rocio a su acompañante – Adios a todos – se despidió la castaña.

-Hasta luego – se despidió Rivers esquivando la mirada del hombre mayor

-¡Espera mami! – Emma corrió y salto hasta su reciente madre – ¿Mami aunque esté prohibido me vas a seguir enseñando a conquistar chicas? – le susurró la pequeña a la mayor

Cuando, dónde y como el amor quiera - Factor RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora