...Y Rocio lo supo, ya no había nada más por decir, sólo queda hacer. Tomo el rostro de Rivers y la besó. La besó como si no hubiera otro día para hacerlo, como si de ese beso dependieran millones y millones de vida, como si fuera la última posibilidad de ser feliz. Rivers no se había quedado atrás, apenas sintió el contacto de los labios de Rocio con los suyos, se entregó al beso como si los labios de la castaña escondieran el secreto mejor guardado. Rivers supo que ese era el lugar donde quería pasar el resto de su vida, besando a Rocio Torres. Cuando algo tan esencial para vivir como el aire, pero que tan poco le importaba a ellas dos en ese momento, fue necesario, se separaron.
-Guauuu – Fue lo que alcanzó a murmurar Rocio apenas abrió sus ojos – Eso fue fue... Increíble – La castaña buscó los ojos de la rubia pero los encontró aun cerrados – Samy abre los ojos por favor – Pidió Rocio acariciando su rostro.
-No quiero abrirlos – Dijo simplemente la rubia. Rocio sonrió
-Samy, vamos, abre los ojos – Insistió y volvió a acariciar el rostro de la deportista.
-No, si los abro me voy a despertar del sueño y seguramente te has ido o alguien viene a interrumpirnos o aparece tu novia...
-Ex novia – Corrigió Rocio siguiéndole el juego.
-Bueno o aparece tu ex novia o te enojas conmigo por algo. Asi que pienso quedarme con los ojos bien cerrados para seguir soñándote – Finalizó Rivers y apretó aun más sus ojos. Rocio se acerco despacio a su boca y agarró entre sus dientes el labio inferior de Rivers, mordiéndolo un poco.
-Auchhh eso dolio – Se quejo un poco en broma la deportista.
-¿Te dolió? – Pregunta Rocio y la rubia asiente aun con los ojos cerrados - ¿Ves? Es como si te hubiera pellizcado. No es un sueño. Tú y yo estamos aquí, en mi terraza. Solas – Murmuró la castaña – Así que, ¿me quiere hacer el favor señorita de dejarme ver sus hermosos ojos que tanto me gustan? – Rocio alzó sus manos y suavemente acarició cada parpado de la rubia. Y así fue, Rivers obedeció, abrió sus ojos y se encontró con un par de ojos marrones mirándola intensamente
–Eres tu – Dijo Rivers – Eres real – Afirmaba mientras con sus mano derecha iba recorriendo el rostro de la fotógrafa que sólo se quedó disfrutando del roce – Ese beso fue el más perfecto de mi vida – Rocio sonrió – Es más si hubiera un concurso de besos lo tendrían que descalificar por ser demasiado perfecto – esta vez las dos sonrieron.
-Samy
–Rocio – Dijeron las dos al mismo tiempo - Dígame su majestad – Dijo la rubia tomándole la mano y besándola. Rocio le dio un pequeño golpe por el apodo a la jugadora y tardo en hablar
–Samy yo, yo pensé que te habías ido con la modelo y... - La rubia sacudió la cabeza
–No me fui a ningún lado, es decir, si me fui pero no me fui con ella ni con nadie. Me fui a caminar, quería pensar y bueno cuando llegue al auto vi esto – Fue hasta el sillón y agarró un paquete muy bien envuelto - Y no quería dejar de dártelo - La castaña tomó el paquete y volvió a mirar a Rivers
-No deberías haberlo hecho – Le dijo
-¿Qué cosa? ¿Volver o el regalo? – Preguntó bromeando la rubia, sabía que Rocio se refería al regalo
-El regalo listilla. No tenías porque regalarme nada - Decía mientras abría el paquete – Además... ¡Dios mío!... Rivers... esto es, es... hermoso – Rocio sostenía sobre sus manos una cadena de plata con un dije de rubi – Y muy, muy caro... no puedo aceptarlo – Lo puso de nuevo en la fina caja que venía y lo alejó de ella.
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Cuando, dónde y como el amor quiera - Factor R
Hayran KurguSamantha Rivera, es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un oscuro pasado y su fama de mujeriega irrumpe en New York sin saber que un choque con una castaña, mandona, idiota le va a cambiar la v...