"¡Señor Si señor!"

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Rocio se acerco a ella para besarla pero Rivers se alejó dejando a la castaña confundida

-¿Rivers?

-Ya puedes ir a buscar a cualquier otra para besar tranquila - dijo Rivers caminando hacia el coche. Caminó unos metros y se dio vuelta para agregar - Cuando termines sólo tienes que silbar porque yo ya te pertenezco. Puedes hacer lo que quieras conmigo me tienes en la palma de tu mano - siguió caminando. Rocio se apuró para alcanzar a la rubia

-Ven acá idiota - le dijo cariñosamente mientras agarraba su brazo para traerla hacia ella - yo sólo beso a jugadoras de básquet, rubias, estatura promedio y con un ego enorme - jugaba la castaña

-Yo soy rubia - dijo Rivers y Rocío asintió - Juego básquet - afirmo la castaña

-Y muy bien dicen - agrego la fotógrafa haciendo sonreír a la otra chica.

-Y también soy de estatura promedio - se media con su mano

-No es que tenga algún problema con eso - de paso Rocio aclaraba.

-Mmmm pero me falta el ego, bueno supongo que será alguna otra - Rivers se encogió de hombros - Nos vemos luego entonces - trató de irse y digo trató porqué al primer paso que intentó dar, Rocio la rodeo con sus brazos nuevamente.

Se miraron, se sonrieron, se miraron, se sonrieron... se besaron. A diferencia de los anteriores besos, este no lo inició ninguna, fue sincronizado, mutuo, fue... fue perfecto, tan perfecto que quien hubiera pasado en ese momento por ese lugar no hubiera visto dos personas besándose, hubiera visto una sola figura, no había espacio que las separara.

Llegando al departamento de Rocio

Rocio y Rivers iban de la mano caminando por el pasillo que terminaba en el departamento de la castaña.

-¿Está mal que aun no nos hayamos despedido y yo ya te esté extrañando? - le preguntó la rubia a su acompañante.

-¿No vas a entrar conmigo? - preguntó en un tono decepcionado Rocio agachando su cabeza

-Rocio... - la castaña alzó sus ojos - ¿tú sabes que va a pasar si yo entro cierto? - preguntó Rivers dando por hecho la respuesta de, la pronto por ser, su chica.

-Lo sé... - afirmó - pero es que la noche fue muy corta y mañana te vas a España y... y no quiero que te vayas ¿no puedo atarte a la pata de mi cama ni siquiera? - bromeo la castaña

-Mmm, depende... ¿si me tiro al piso y giro sobre mi misma me rascarías mi pancita? - Rivers siguió el jueguito del perro. Levantó sus manos saco su lengua e imitó a un perro jadeando.

-Por supuesto que si. Y si me miras con tus ojitos de perro mojado te rasco detrás de la oreja - Rocio alzaba su mano y rascaba a la rubia en el lugar mencionado haciendo reír a la otra mujer - Gracias... Gracias por esta noche - termino el juego Rocio mirando a su rubia a los ojos - Gracias por todo en realidad - acarició el brazo tatuado que se había convertido en la nueva obsesión de la fotografa.

-Si alguien tiene que agradecer soy yo a ti, por aceptar salir conmigo - Rivers tomó la mano de la otra chica y la beso - Rocio... tú... yo...

-Hey - la castaña tranquilizaba a Rivers - Estoy aquí ¿sí? Dime - Rivers suspiro

-¿Podemos desayunar juntas mañana, es decir tu, Emma y yo? No quiero que tomes esto como una presión ni nada sólo que como me voy por unos días quería ver a Emma antes y...

Cuando, dónde y como el amor quiera - Factor RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora