CAPÍTULO X. DESTINO EN CORRIENTE. REAJUSTANDO EL CAMINO.

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Dejando atrás a Khun, V y Arlene se acercaron al palacio. La majestuosidad de la misma era casi impresionante, pero a los ojos del matrimonio no era más que la burla de lo que Jahad fue en el pasado.

Su camino había sido largo y lleno de adversidades que juntos habían vencido, sin embargo, Jahad eligió su propio camino y forjó su imperio con la intención de que todos se unieran a él, por milenios logró hacerse de poder y amasó una gran fortuna, pero ambos estaban listos y dispuestos a fragmentar esa estabilidad. Jahad rompió la base de su seguridad, y Arlene juró romper incluso la psique de aquel hombre que alguna vez llamó amigo, sin importar cuánto tiempo le llevara lograr ese objetivo.

—¿Estás lista? —V miró a Arlene, ella observó el palacio por un momento más antes de regresarle la mirada y asentir.

—Es hora, nos hemos preparado una eternidad para esto... —Arlene le dió un beso rápido a V, y él sintió una vez más lo perdido muchos años atrás. Cuando quiso separarse, ella todavía sostuvo su rostro con el mismo cariño que en el pasado, con ese anhelo en la mirada que tenía mucho tiempo de no verlo.

—Te amo Arlene.

—Yo también te amo, V.

Entonces ambos se separaron con el muy presente conocimiento de que podría ser la última vez que se verían con vida.

En cuanto Arlene estuvo lo suficientemente lejos, V invocó su aguja y atacó un ala del palacio destruyéndolo por completo. Eso llamó rápidamente la atención de los guardias, quienes en posición, se dirigieron hacia él.

No recorrieron la mitad del trayecto antes de que los destruyera.

La batalla no tardó en dar inicio. V y Arlene no iban para eliminar a los ejércitos, sino distraerlos el tiempo suficiente para que Khun se ocultara los suficientemente lejos mientras se encargaban de la segunda fase del plan. No obstante, una de las opciones menos consideradas se hizo presente al ver a la reina salir junto al ejército que planeaba detener a los hostiles.

Eso desajustó el plan original y Arlene dio la orden a Khun de utilizar el escondite secundario, cuando fuera necesario, escaparían, debía tener todo listo.

A pesar de que el objetivo era Bam, tanto V como Arlene se vieron muy descolocados al verla de nuevo, pero se aferraron al plan y renunciaron a la idea de llamarla por su nombre, después de todo, hacía muchos años que su hija no sabía de su existencia.

—¡¡Desplieguen los escuadrones dos y ocho, escuadron cinco a la retaguardia!! ¡¡Rodeen a los enemigos!!

Bam estaba sobre un gran faro sin aparente dueño y sus padres al otro lado del campo de batalla, a pesar de sus órdenes, sus soldados parecían esperar la orden de alguien más. Arlene estaba atrasada y en un momento dado, ejércitos de las diez grandes familias llegarían porque Bam seguramente ya los había llamado en cuanto notó la presencia de seres casi tan poderosos como el rey.

Era un defecto que Bam tendría contra ellos.

Mientras pensaba en la manera de distraer a tantos sin tener que matarlos, V recibió un mensaje.

"Llama al muchacho y dile que la situación cincuenta se está llevando a cabo!! ¡Es hora de cambiar el plan!"

V suspiró, si había algo que decir y alabar del hijo de Edhan, era su extraordinaria paranoia y su mala costumbre de sobre pensar todo y anticipar todos los posibles escenarios de una batalla. Detuvo el crecimiento de la esfera que usaría para atacar y miró el mensaje de su esposa con preocupación, si algo había sido mal calculado, sería capturada. Los escuadrones enemigos los tenían rodeados, estaban solos y pronto caerían si no los destruían. Lo entendía, Bam estaba en el medio, no podían atacar sin ponerla en riesgo.

TOG: LA REINA DE JAHADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora