Epílogo

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1 año después

Kai se encontraba recostado sobre lo que parecía ser un sofá cómodo, lleno de almohadones y una enorme sombrilla que le protegía del sol, el cual se encontraba en su apogeo sobre la playa, él llevaba unos pantalones cortos y una camisa delgada blanca, sus pies iban descalzos.

Las olas rompían sobre la arena haciendo un sonido apacible, en su mano izquierda sostenía un coco enorme al que Soobin le había puesto una pajilla, y con la otra mano, sostenía una carta que Beomgyu le había enviado.

—Beomgyu y Taehyun fueron a recoger a su bebé hace un mes, ya debe de haber crecido bastante —Kai se dirigió a Soobin, quien sacaba arena con una pala de un hoyo en la playa, el cual ya se encontraba más profundo.

—¿Oh sí? —Soobin respondió con esfuerzo y se detuvo un poco para mirar la expresión de Kai, él se miraba contento, pero en sus ojos se notaba algo diferente. Soobin sabía que era —. Deben de estar muy felices.

—Lo están —Kai dobló la carta y la guardo de nuevo en su sobre, dio un trago más a su coco —, Beomgyu dice que él quiere adoptar 20 bebés más, asegura que es lo más maravilloso que le ha pasado en la vida, después de haberse casado con Taehyun.

Soobin suspiró y clavó la pala sobre el montículo que tenía de arena —Yo sé que te condené a una vida que no querías bebé, pero te juro que trataré de enmendar las cosas para ti, de hacerlas perfectas— Se sentó a su lado y lo miró de frente, sus brazos estaban recargados cada uno a un costado de las caderas de Kai.

—No me condenaste a nada más que a amarte cada día más, mi vida —Kai acarició su rostro —, yo sé, que, en el fondo, si quisiera tener hijos y criarlos a tu lado, pero en realidad, lo que más deseo es estar contigo, y eso es, en las buenas y en las malas —Soobin tomó su mano izquierda y beso su anillo dorado.

—Te diré que pienso —Soobin habló de nuevo sonriendo —. En nuestro próximo regreso a Genové, hablaré con el rey Taehyun y le pediré que nos ayudé a encontrar la manera de lograr adoptar a un bebé en el convento de Saint Marié, además, estoy seguro de que a mis padres les encantará cuidar de su nieto cuando tengamos que viajar, ¿qué dices bebé?

—Está bien Soobin, yo puedo esperar, cuando llegue el momento encontraremos la manera y la enfrentaremos juntos —Kai entrelazó su mano con la de su esposo —¿Quieres que te ayude a cavar?

—¡No! —Soobin beso los labios del rubio —, tú eres mi príncipe, y no permitiré que te esfuerces de más.

—¡Pero así acabarás más rápido! —Kai le habló con preocupación —. Por cierto, ¿qué estás buscando?

Soobin sonrió y continuó con su labor —Ya lo verás, amor.

3 años atrás, la tripulación del Avalon arribó a una pequeña isla del archipiélago, cargada del botín más grande que habían podido encontrar. Gallagher había llevado el barco a esa isla, porque querían descansar antes de ir a vender los tesoros a Valladolid, y aprovecharon para celebrar en grande.

Mingi, Seongwha, Yeosang y Soobin habían estado bebiendo vino hasta que todos habían casi perdido el juicio. Habían enterrado el tesoro que ellos habían encontrado en aquella cueva y después solo habían bailado y reído hasta el punto de desmayarse y olvidarse por completo de todo.

A la mañana siguiente, Gallagher elevó las anclas y con un terrible dolor de cabeza debido a la resaca, fue que 4 piratas subieron abordo y se olvidaron el asunto. Una semana después, Yeosang y Soobin dormían juntos, y él le informó que había hecho un mapa en donde había dejado marcada la ubicación exacta del tesoro; pero le hizo prometer que no le diera la información a Mingi, porque él quería un anillo de esmeralda para él y sabía que, si lo recuperaban, Mingi no le dejaría quedárselo.

Yeosang ahora quería ese anillo, para casarse. Cuando Soobin recibió su carta y viajó a Solitude, no le sorprendió encontrarse con Seongwha viviendo a su lado, la verdad era que él sabía que no duraría mucho tiempo en prisión.

Yeosang le había dado a Soobin el mapa que guardó desde aquel día, y no dudo nada en navegar hasta esa isla y regresar con el encargo a Solitude.

Soobin amaba encontrar tesoros, y aunque ahora su labor era la de recoger y transportar mercancía en su barco, la aventura le seguía llamando de vez en cuando, y un par de veces se permitió buscar alguno de los tesoros ocultos del capitán Gallagher.

La pala dio un golpe fuerte, y Soobin grito en celebración llamando la atención de Kai, quien caminó a donde estaba su esposo —¡Lo encontré! —Soobin extrajo una caja de metal que estaba cerrada por un candado.

Soobin sacó una llave de un sobre que llevaba en su pantalón y abrió el candado con facilidad. Kai miró el contenido. Dentro había anillos y collares que se veían muy finos, Soobin tomó un anillo dorado con una enorme piedra color esmeralda y lo guardo dentro del sobre.

—Lo más valioso dentro de este cofre, es esto de aquí —Soobin extrajo un libro y relató —. Gallagher se enteró de que un barco se había hundido en medio del mar y todos los restos de los pasajeros y tripulantes habían llegado a una isla cercana, no muy lejos de aquí, obvio ya no había nadie vivo, pero encontramos muchas cosas valiosas en la isla. Yo encontré un baúl lleno de libros y me llevé algunos, pero éste, éste para mí, era el más valioso.

Kai lo recibió y miró la portada, el libro se veía muy viejo y maltratado, en la portada se leía "Los caballeros de la mesa redonda" —¿Por qué es tan valioso? —preguntó.

Soobin lo abrió y extrajo una hoja de papel pergamino que desdoblo con cuidado, ambos se encontraban sentados sobre la arena, el sol había comenzado su viaje hacia el ocaso —Según la leyenda, los caballeros del rey Arturo se habían lanzado en la contienda de buscar tesoros, y el más valioso, era el santo grial, que se dice era el cáliz que se había usado en la última cena de Jesús de Nazareth, ignoro a quien pertenecía este libro, pero al parecer, era un investigador de la historia, quien se había encaprichado con encontrar la reliquia, y yo sabía que algún día, podría buscar lo que él señalaba, ¡era el tesoro más valiosa del mundo!, incluso Gallagher lo tiene escrito en su diario.

Kai miró a Soobin con suspicacia —¿Quieres que vayamos a buscar una reliquia? —preguntó con algo entre emoción e incredulidad.

—Si, eso quiero —Soobin le indicó el mapa y las instrucciones y juntos comenzaron a trazar un plan, mientras el sol  se ocultaba en el horizonte por completo.

Con los años, el Capitán Ecláire se hizo de cierta reputación alrededor de los siete mares. Viajó a bordo de su barco, "Ever", entregando mercancía desde Kroné hasta las islas orientales y de regreso.

Muchos decían que era un corsario que el rey Kang Taehyun había contratado para detener a la competencia en la venta de pieles finas, otros decían que el capitán era solo un mercader, y algunos otros lo declararon cazador de reliquias, los más osados, se atrevieron a llamarlo, pirata.

Las historias comenzaron a convertirse en leyendas, y construyeron el folklore de Crown City, la ciudad que fue gobernada por reyes en sus orígenes.

Muchos niños han crecido escuchando estas historias, en las escuelas, antes de dormir y en voces de sus cariñosos abuelos. Todas y cada una, han sido contadas de distintas formas, pero sin duda alguna, la que más ha inspirado a soñar, es la que se lee con emoción, con espíritu de aventura, con deseos de recorrer el mundo en busca de tesoros ocultos, y esa, es la historia de Soobin de Ecláire, el príncipe pirata que conquisto los siete mares.

Rencor©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora